Las numerosas caras humanas con expresiones de fiesta que hay a mi alrededor me han convencido para que también celebre este nuevo solsticio de invierno. La Tierra y toda la vida que contiene se lo merece. El Sol se aleja para dejar paso al frío, pero no se va del todo y promete volver. Así el Medio Ambiente alcanzará de nuevo el estado adecuado para ofrecer vida favorable a todas las especies de la Tierra, por ello brindo. Y un nuevo año traerá mejor conciencia terrestre a la mente humana, ojalá siendo un faro que aprenda pronto a guiar bien esta nave de vida ante un Espacio aparentemente desierto. Dicho esto, os deseo a todos unas felices fiestas en la compañía (en cuerpo o alma) de vuestros seres queridos. Y mi símbolo elegido para ilustrar esta felicitación navideña van a ser tres palabras con dos significados: árbol de frutas. ¡Felicidades!
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