Soy pobre, cumplo uno de los primeros requisitos de la religión cristiana y de algunas más. En realidad no soy religioso y soy rico, pero lo entrego casi todo y me quedo sólo con lo suficiente. Al poco tiempo vuelvo a ser rico y otra vez entrego casi todo, y así vivo, entre pobreza y pobreza económicas y riquezas de la conciencia con la bondad del conocimiento. En realidad escaso conocimiento, no en vano soy un simple humano del siglo XXI. Trato de compensarlo con bondad y así me atrevo a pronunciar su nombre o concepto: "bondad del conocimiento". Pero estoy empezando, soy nuevo. ¿Acaso existe alguien viejo en un tiempo nuevo? Un tiempo nuevo, de eso quería hablar, desde la pobreza, sin intereses añadidos. Sólo para nuevos. Porque ya sabemos qué dijeron los viejos pasados, ahora requerimos saber qué vamos a decir los nuevos. Y con bondad, directo a la felicidad, habla de nuevo; y feliz año 2016.
Novatio. Animus novandi. |
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