Presentación
Gaudeamus
viros gloriosos et
parentes nostros in generatione sua.
parentes nostros in generatione sua.
(Honremos
a nuestros gloriosos
antepasados en todas las generaciones.)
antepasados en todas las generaciones.)
La Historia es la mejor de las historias, nunca se termina de leer, de escribir o de investigar y, sin embargo, siempre satisface. La Historia tiene muchos significados y muchos protagonistas, si todo ser vivo puede tener biografía: el conjunto y desarrollo de todos los seres vivos es la mayor de las historias. Entre los seres vivos hay algunos que desarrollan tanto la mentalidad que llegan a entender (en cierta manera: crear) y compartir la libertad pública, y este pequeño libro quiere ocuparse de la historia de todos ellos en su conjunto, la Historia de la Ciudadanía Democrática. Es Historia Humana en cuanto otra especie capaz de desarrollar o crear ciudadanía democrática no aparezca desde algún lugar del Cosmos. La historia de la ciudadanía puede trascender a la propia historia humana; no ya porque aparezca otra especie ciudadana y alienígena, también porque se puede proyectar futuro posible donde otras especies, como entre las mismas primates, alcancen desarrollo mental y a la larga alguna forma de ciudadanía democrática.
La Historia de la Ciudadanía Democrática es parte esencial de la Historia Universal. Y de los significados de la Historia, el progreso de la mente libre, es uno de los principales. Este pequeño ensayo quiere mostrarlo. Entendiendo como “Ciudadanía” a las personas libres que fueron, son y serán; e interpretando “Democrática” desde las primeras asambleas entre personas libres. Y la palabra “Historia” es aceptada desde que el Humano supo escribir hasta nuestros días. Pero necesitamos abarcar más tiempo, y un relato humano, o de su mente libre, incluye a la Prehistoria. A toda la Prehistoria, desde que la primera mente comenzó a razonar y este hecho se propagó por el resto de las mentes de alguna tribu. Desde entonces hemos pensado mucho siendo libres, y ese pensamiento colectivo ha evolucionado hacia ciudadanías democráticas como formas de sociedades inteligentes y avanzadas. Pero antes de "la vida libre" descubierta por el raciocinio de la mente humana estaba simplemente "la vida". Para conocerla la ciudadanía debe recurrir a uno de sus poderes públicos, la ciencia pública, y así entender un poco o lo suficiente el curso trazado por la Evolución durante miles de millones de años hasta que una mente racional apareció en el cerebro de un homínino.
Al hilo de la cita en latín que encabeza este primer post del libro, y al pensar en nuestro antepasado más antiguo o célula primigenia, podemos recordar una sentencia que reza igualmente en latín: “nihilo nihil fit” (“de la nada, nada ha sido”); así de simple y complejo puede resultar pensar sobre los orígenes del ser vivo. Al menos sabemos que la Vida apareció en la Tierra desde hace unos tres mil quinientos a cuatro mil millones de años. No sabemos qué creó la Vida o a las bacterias primigenias, pero queda claro que “Algo”, desde los aminoácidos, creó proteínas y las impulsó e impulsa desde lo microscópico. En cierta manera la Vida es una más de las leyes del Cosmos. Y "Algo" con una energía que parece interminable nos empuja a todos los seres desde los orígenes de la vida en este planeta. Después las células se dividieron en grupos y se diversificaron, no cesando desde entonces de reproducirse y competir por el espacio y los nutrientes. Como si la Evolución en la Tierra naciera con lema olímpico: “Altius, citius, fortius” (Más alto, más veloz, más fuerte).
La Historia de la Ciudadanía Democrática es parte esencial de la Historia Universal. Y de los significados de la Historia, el progreso de la mente libre, es uno de los principales. Este pequeño ensayo quiere mostrarlo. Entendiendo como “Ciudadanía” a las personas libres que fueron, son y serán; e interpretando “Democrática” desde las primeras asambleas entre personas libres. Y la palabra “Historia” es aceptada desde que el Humano supo escribir hasta nuestros días. Pero necesitamos abarcar más tiempo, y un relato humano, o de su mente libre, incluye a la Prehistoria. A toda la Prehistoria, desde que la primera mente comenzó a razonar y este hecho se propagó por el resto de las mentes de alguna tribu. Desde entonces hemos pensado mucho siendo libres, y ese pensamiento colectivo ha evolucionado hacia ciudadanías democráticas como formas de sociedades inteligentes y avanzadas. Pero antes de "la vida libre" descubierta por el raciocinio de la mente humana estaba simplemente "la vida". Para conocerla la ciudadanía debe recurrir a uno de sus poderes públicos, la ciencia pública, y así entender un poco o lo suficiente el curso trazado por la Evolución durante miles de millones de años hasta que una mente racional apareció en el cerebro de un homínino.
Al hilo de la cita en latín que encabeza este primer post del libro, y al pensar en nuestro antepasado más antiguo o célula primigenia, podemos recordar una sentencia que reza igualmente en latín: “nihilo nihil fit” (“de la nada, nada ha sido”); así de simple y complejo puede resultar pensar sobre los orígenes del ser vivo. Al menos sabemos que la Vida apareció en la Tierra desde hace unos tres mil quinientos a cuatro mil millones de años. No sabemos qué creó la Vida o a las bacterias primigenias, pero queda claro que “Algo”, desde los aminoácidos, creó proteínas y las impulsó e impulsa desde lo microscópico. En cierta manera la Vida es una más de las leyes del Cosmos. Y "Algo" con una energía que parece interminable nos empuja a todos los seres desde los orígenes de la vida en este planeta. Después las células se dividieron en grupos y se diversificaron, no cesando desde entonces de reproducirse y competir por el espacio y los nutrientes. Como si la Evolución en la Tierra naciera con lema olímpico: “Altius, citius, fortius” (Más alto, más veloz, más fuerte).
Una
vez situados desde el origen de la materia orgánica, cuerpo
principal donde, en definitiva, habita la mente/alma humana, podemos
dar un enorme salto en esta presentación y pasar por alto la
aparición y la reproducción masiva y variada de vegetales y
animales, y así plantarnos frente a los primeros cerebros con mente
tecnológica. Estaríamos entrando en la Prehistoria, señalada como
el periodo de tiempo vivido por la Humanidad antes de la Historia.
Transcurrió desde hace unos 2.600.000 años hasta aproximadamente el
3.500 aC. Consta de tres periodos: Paleolítico, Mesolítico y
Neolítico. Primero el Paleolítico (edad antigua de la piedra) con el
homo Habilis, desde el Australopitecinos que
venía de antes y en
plena era geológica del Plioceno. Este tiempo prehistórico introduce
cuestiones importantes para el interés general humano, ¿por
qué apareció la Familia de especies homíninas?.
¿Qué
fue lo que a través de muchos millones de años transformó
criaturas primitivas prehumanas en el hombre moderno?
El
Relato Humano nace cuando el cerebro, como órgano
bioquímico de células especiales y entre ricas sinopsis, comenzó a
pensar con raciocinio y produjo tecnología que elevó a la familia
de especies humanas ante el resto de la vida animal y vegetal. La
libertad, hasta entonces implícita en el espacio material ante el
animal (un caballo ante una pradera, por ejemplo) pasa a tener
significado también en el recién nacido espacio mental cognitivo,
nueva libertad ¡dentro del cerebro!, en algo llamado mente racional. No tardaron en aparecer las primera
preguntas en la Evolución dentro del cerebro de las
especies homínidas. Por ejemplo: “¿qué es la libertad?, ¿qué hago
con mi libertad?, ¿a quién o qué ideal sirvo con toda esta tecnología nueva que
estoy creando y me da tanto poder?”.
Así la
Evolución de la Mente toma salida dentro de la Evolución durante la Prehistoria,
íntimamente ligada al mundo animal, cerebral y neuronal. El
significado de la Historia está unido al significado de la Vida y
constituye un Misterio en sus esencias originarias. Pero sea como fuere,
dentro de la evolución de la vida y de su “hija”, la evolución
mental, nacen mentes conscientes, individuales e independientes,
pensando en libertad sin saber apenas nada más allá de los instintos. Surge un camino evolutivo que
conseguiría llegar a la ciudadanía democrática. Y tendría como
compañeras de viaje un tremendo progreso político y una larga revolución
tecnológica en la que todavía estamos inmersos. Es la Historia de la
Ciudadanía Democrática donde, después del Neolítico, tres pasos
importantes pueden ser señalados:
Paso
1º:
La ciudadanía general democrática masculina, con esclavos a su
servicio, extranjeros y mujeres excluidas (con Democracia Directa).
No existió en todos las ciudades o pueblos humanos.
Paso
2º:
La ciudadanía general democrática masculina sin esclavos, excluidas
las mujeres y los extranjeros (con Democracia Representativa). No
existió en todos los pueblos humanos.
Paso
3º:
La ciudadanía general democrática paritaria (hombres y mujeres),
excluidos los extranjeros (con Democracia Representativa). No existe
en todos los pueblos humanos.
Son tres
pasos fundamentales a partir de la invención de la escritura. Ahora
estamos en el tercer paso. Aunque también podría decirse que
llevamos ya demasiado tiempo en el tercer paso. En cualquier caso, si
hay tres pasos es que vamos caminando o evolucionando, quedando una
pregunta esencial, ¿hacia dónde deberíamos ir? La Historia de la Ciudadanía Democrática no está terminada y su relato humano concluye con una hermosa pregunta: ¿dónde
está el siguiente paso lógico?.
Con este curioso y buen ánimo la lectura es invitada hacia una
conclusión abierta de este pequeño libro. Así entramos
en su capítulo original, siguiente post.
.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.
Capítulo siguiente, II, El cuerpo de la Mente/Alma (aparece en la Evolución):
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