miércoles, 15 de agosto de 2012

VII Historia de la Ciudadanía Democrática

Capítulo VII

Primeras letras


Recordemos que la popularización del fuego aceleró la evolución mental. Desde encender fuego bajo ritos o técnicas secretas se pasó a formar hogares con cocinas, lugar determinado dentro de la casa para encender hogueras, que cualquier adulto sabía hacer. Así el fuego, cada vez mejor controlado, llegó a iluminar un invento que revolucionaría a todas las culturas humanas, la Escritura. Comienza la Historia. Donde la Humanidad sería lanzada a una carrera en el tiempo que, como demuestra la actualidad, hasta el conjunto de la propia Naturaleza viva se vería afectado con esta aparición o invento de la escritura. En el fondo hay una perspectiva donde si todas las especies surgieron de la Evolución, también la Escritura surge de la Evolución. Y con la escritura aparecen y se desarrollan las ciencias y las tecnologías que permiten mayores adelantes y mejores herramientas. Aquello que desata la Escritura es único y crucial, pero no es ajeno a todo el proceso de la vida en la Tierra. En este proceso la primera escritura que descubrimos y registramos se produjo sobre el año 3350 aC en Mesopotamia. 


Hay un aspecto obviado que no deja de ser importante y a la vez apasionante: antes de la escritura hubo de existir la lengua hablada. Y posiblemente muchas de las primeras lenguas humanas no llegaron a convertirse en escritura. Así no podemos afirmar que en Mesopotamia surgiera la primera lengua humana hablada, este hecho posiblemente retrocede hasta, incluso, antes del Neolítico.  También en la Prehistoria pueden encontrarse signos o símbolos escritos en las cuevas, pero no son letras. El signo como símbolo lleva un significado implícito, pero la letra puede utilizarse para diferentes significados, incluso para significados nuevos. La escritura es una herramienta de la lengua hablada, el medio de la comunicación humana por excelencia desde la Prehistoria. Esta herramienta hace que la comunicación humana pueda contener memoria detallada al margen del cerebro y durar en el tiempo.

Así, aunque haya pasado mucho tiempo, sabemos que la civilización de Sumeria (3200 a 2800 aC) fue la primera cultura con escritura reconocida por los historiadores. Aquella región entre los ríos Tigris y Éufrates (Golfo Pérsico) ya durante el Neolítico forjó importantes ciudades como Buqras, Umm, Yarim, Halaf, Samarra y Hassuna. En el 3000 aC ya dominaba toda la zona esta cultura de Sumeria con ciudades como Uruk, Ur, Lagash y Uma. No significa que desde la Sumeria “escritora” la Historia deje todo claro sobre la evolución de los hechos humanos. La Edad Antigua tiene muchas lagunas o zonas oscuras. Se sabe que sobre el año 3400 aC. ya existían en la India ciudades con casas de varios pisos, alcantarillado y baños públicos, como Harapa, Mohenjo-Daro o Amri. Incluso con rutas de caravanas hacia el Asia central, destacar por ello la civilización dravidiana que comerciaba jade con el Turquestán oriental e hierro con Rajputana.

En Egipto apareció la escritura apenas cien años después que en Sumeria, en este caso escritura jeroglífica. En China surgió más tarde, sobre el 2000 aC, en la cultura Shang. En India aparece claramente sobre el 1900 aC, de la cultura Harappa, escritos aún no descifrados. En Japón, en el siglo V aC, ya utilizaban el sistema caligráfico. En América tardó más en llegar, en torno al principio de la era cristiana en la cultura Olmeca, Chiapas. Las primeras civilizaciones de la Historia están íntimamente ligadas a cuatro ríos: el Indo (mar Índico), el Nilo (mar Mediterráneo), el Tigris y el Éufrates (estos dos últimos desembocando prácticamente juntos en el golfo Pérsico). Poco a poco y con esta nueva época interglaciar plenamente establecida, el resto de los grandes ríos (agua dulce necesaria para la agricultura y ganadería) se sumarían como civilizaciones nuevas: Amazonas, Ganges, Tiber, Yang-Tse, Huanq-Ho, Guadalquivir, Volga, Rhin, Danubio, etc.


Las técnicas agrícolas y ganaderas se extendieron, unas veces por viajes voluntarios o descubridores y otras por huida ante invasiones extranjeras. Por ello y con la invención de la vela (se cree que por poblaciones del Nilo) los viajes aventureros y las huidas precipitadas llevaron los primeros inventos de la escritura y otras innovaciones mucho más lejos. Estos viajes marítimos comenzaron a diferenciar a las primeras civilizaciones entre las que se basaron en el mar (talasocracias) y las que se extendieron hacia el interior. En el caso de las grandes islas no quedaba otro remedio que salir al mar para extenderse o conocer mundo, así destacó una civilización marítima que apareció en la isla de Creta. Escenario, hace unos cuatro mil años, de una cultura fascinante llamada “Minoica o Cretense” y una de las fuentes de la civilización helénica o griega. Lo más sorprendente de los estudios arqueológicos sobre este pueblo es la ausencia de armas y fortificaciones, aún habiendo construido grandes palacios como el de Cnosós.


Esta primera civilización pacífica o “pacífica” de la Historia es todavía un apasionante misterio. Construyeron palacios de varios pisos; en sus pinturas predomina la tauromaquia, los motivos eran animales marinos e incluso paisajes submarinos. Les apasionaba el arte de saltar o hacer acrobacias sobre toros bravos. El toro era el animal más fuerte y de mayor embestida de toda la isla, sin embargo los cretenses, desarmados y apenas utilizando la fuerza, esquivaban y dominaban a los toros como costumbre festiva, demostrando que un poco de fuerza con inteligencia podía a una mayor fuerza bruta.


La civilización minoica o cretense duró unos quinientos años. Colonizaron las costas griegas, turcas y llegarían a montar ciudades incluso en Sicilia. Pero despareció poco después de la gran explosión de un volcán en la isla de Thira, entre Creta y las costas griegas (actual Santorini). Donde inesperados y descomunales tsunamis arrasaron la costa norte de Creta. Una enorme destrucción a escala épica que fue el principio del fin. Décadas después Creta fue invadida por los micénicos, una verdadera civilización guerrera que rendía culto a las armas. Ya no se supo más de la civilización pacífica, pero los invasores adoptaron su sistema de escritura fonética (silábica lineal B), vital para el comercio y clave de estas primeras civilizaciones marítimas (talasocracias).

Es interesante comprobar esta diferencia fundamental entre las civilizaciones abiertas al mar o cerradas a él. Sumeria (y después en la misma zona, Babilonia) se dirigieron hacia conceptos existenciales materialistas, adaptando las diferentes divinidades que iban surgiendo hacia estos principios. La cosmovisión mesopotámica creó culturas y religiones donde el ser vivo individual al morir volvía al caos universal, por lo que su moral o ética se dirigieron a sacar provecho práctico y materiales en esta vida. Según el Diccionario de Educación para el Desarrollo el término “Cosmovisión”: “se trata, pues, de la reacción global de un individuo o grupo de individuos ante el universo, que puede priorizar el punto de vista de la inteligencia, la afectividad o la acción”.

 

Mientras Egipto (ya unificado en el 3000 aC), desde sus primeras ciudades o nomos sembraba una concepción de civilización diferente y en esta ocasión directamente ligada al ideal divino. Así destacan muchos historiadores que el tercer milenio aC fue el surgimiento paralelo de los dos grandes sistemas existenciales del pensamiento que trenzarían todo lo que encontraron a su paso o en sus evoluciones, hablamos del Materialismo y del Idealismo. Bien es cierto que las circunstancias geográficas fueron decisivas, ya que las primeras ciudades egipcias surgieron y se desarrollaron lejanas a las grandes emigraciones de otros pueblos y en relativa paz (o sin guerras con culturas exteriores y diferentes). Todo lo contrario que en Mesopotamia, paso continuo de emigraciones de pueblos pacíficos y guerreros, creándose importantes rutas mercantiles con grandes ciudades en sus trazados; e invasiones armadas para defender o conquistar dichas rutas.
 
Así Mesopotamia se convirtió en el eje del primer comercio internacional que conectaba con Egipto y el Indo (y los numerosos pueblos “intermedios”). Destacando ciudades como Lagash, Ur y Uruk. En Lagash descubrimos una importante reforma con tintes democráticos desarrollada por el rey Urukagina sobre el año 2500 aC. Instaurando derechos iguales para todos los hombres libres, incluso permitía a los extranjeros ejercer los mismos derechos económicos que los ciudadanos lagashenses. También destacad el Código de Ut-Nammu, sobre el 2100 aC; y por supuesto incluir el más famoso de aquella época Código de Hammurabi, ya en el milenio siguiente.


Muchos pueblos surgieron entre Mesopotamia, Egipto y la India. y se difuminaron en estas zonas, como el Babilónico y su ya mencionado Código del rey Hamnurabi (2003-1961 aC), monarca que unificó las ciudades sumerias. No fue hasta la llegada del Imperio Persa cuando los registros escritos comenzaron a formar un hilo conductor más universal y coherente. Surgió en el II mileno aC cuando irrumpieron las invasiones arias desde las estepas rusas y asiáticas con nuevos pueblos: hititas, aqueos, mitanos, hosritas, tocarios, persas y medos. Este último se situó en la zona irania y dominaría a todos los demás. La mentalidad medo-persa emanaba o tendió al Zoroastrismo (1600-1200 aC), donde las personas eran libres y responsables, la predestinación era rechazada, y el hombre elegía cómo ser en gran medida.

Esta filosofía religiosa separaba el bien y el mal y otorgaba licencia moral para que el individuo en libertad expresara su personalidad desde la luz o desde la oscuridad. Es decir, durante el II milenio aC ya se sembraba cierta libertad individual legítima en lo ético y moral que, poco a poco, iba a traducirse en las leyes de las ciudades. De hecho el Imperio Persa generalmente permitía el credo libre y las diferentes religiones, por ejemplo el emperador persa Ciros II permitió a los judíos volver a Canaan y conservar su religión. Y en 1879 fue descubierto el “Cilindro de Ciro” con documentos que datan del 539 aC donde algunos historiadores ven como una temprana manifestación de derechos humanos, debido a su sentido humanista.



Ciro se sublevó hacia el 550 aC. formando una nueva Persia mejor organizada políticamente. Su hijo Cambises conquistó Egipto y su sucesor, Dario I “el Grande” (512 a 485 aC.), agrandó el Imperio con nuevas conquistas. Darío basó su estrategia de gobierno imperial en conseguir una Mesopotamia unida económicamente a Egipto e India. Cuando conquistó el Indo ideó algo que hubo de cambiar la Historia y que llamaremos “El Viaje de Escillax”. Porque a Darío le desconcertaba la península arábiga y envió muchas expediciones a su interior, pero no podía demostrar una teoría, pues creía que desde el golfo Pérsico o desde la desembocadura del Indo podía llegarse navegando a Egipto. Y para descubrirlo envió a su mejor almirante, un griego llamado Escillax.

Este almirante ya había mostrado su valía navegando por el río Indo, dando a conocer su desembocadura y descubriendo el mar de Omán o Arábigo. Desde allí se podía navegar a Persia, pero ¿y a Egipto?. Así comenzaron los preparativos de una gran aventura y Escillax zarpó con varias naves en busca del Mar Rojo. Mientras Darío, por tierra, llegó a Egipto y esperó allí a su aventurera flota. Recordar que en aquel tiempo no existía el timón y las naves debían cambiar de rumbo utilizando los remos. Dos años después muchos de los que esperaban a Escillax creyeron que Darío había perdido a su flota y a su mejor almirante. Pero justamente al cumplirse treinta meses de larga espera: las naves de Escillax fueron divisadas al norte del mar Rojo. Todo un hito en la Historia. Darío por fin comprobó que era posible la ruta comercial por mar entre los tres grandes ejes marítimos y económicos de su creciente Imperio Persa.


Al cumplirse el viaje de Escillax un nuevo objetivo quedó lógico y al alcance de Darío: unir la navegación del mar Rojo al Mediterráneo. Así ordenó que se construyera una canal navegable de cuarenta y cinco metros de ancho para atravesar el istmo de Suez de norte a sur. Lo consiguió y para celebrarlo zarpó una flota majestuosa desde el Mediterráneo hacia la India. Este hecho es vital en el rumbo de la Historia y abrió un mundo navegable desde el estrecho de Gibraltar hasta la mismísima India. Ya que los fenicios (y sus colonos o cartagineses) habían establecerían rutas marítimas por todo el Mediterráneo occidental, sumándose al poco tiempo las polis griegas en esta labor.

Obviamente Egipto pasó a desempeñar un papel económico esencial y destronó a Mesopotamia como paso esencial en la ruta comercial entre Oriente y Occidente. Un Oriente donde en China apareció una cultura que dominaría el arte del bronce como ninguna otra de aquella época. Darío contactó comercialmente con el reino chino de Cheu e influiría en un continente donde todavía se hacían sacrificios humanos. Aquella China estaba socialmente por la emancipación individual que se consumó con las enseñanzas de Confucio (551 a 497 aC.), gran filósofo y moralista llamado “Maestro de las diez mil generaciones”, que no inventó ninguna religión; más bien la organizó filosóficamente con unos conocimientos nuevos y mucho más humanos o dignos. Basta recordar una de sus frases para mostrar ya raíces cosmopolitas: "Entristécete no porque los hombres no te conozcan, sino porque tú no conoces a los hombres”.


Durante la época de Darío algunas ciudades, incluso dentro de la órbita persa, ya iniciaron movimientos democráticos de gobierno, como las ciudades jónicas (costas mediterráneas de la actual Turquía), donde aparecieron los primeros filósofos griegos como Tales de Mileto (640 a 546 aC), Anaximandro y Heráclito. Ninguna de estas polis con tendencias democráticas englobó o generalizó a varias ciudades y, mucho menos, a un país o reino. Hasta que por intereses económicos comunes surgió en las ciudades jónicas una cruzada “democrática”, donde saldría reforzada una ciudad cuyos habitantes serían los primeros “homos democraticus” que, de la Evolución, reconoce la Historia.

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Capítulo anterior, VI, la Mente/Alama escribe, comienza la Historia:

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