Capítulo IX
La Ekklesia abre la Ciudadanía Democrática
La
democracia es un invento o descubrimiento, como el fuego en la
Prehistoria, que ofreció una tremenda revolución para el ser
humano. Con ella el poder público pudo gozar de conciencia colectiva
en el plano político para todos los grupos cuyos individuos
ejercieran el derecho de voto. Ocurrió por primera vez, o con
historia detallada, entre los habitantes de la antigua Atenas en un
movimiento épico del siglo V aC, cuando la ciudad preguntó a sus
habitantes sobre sus voluntades políticas y las consideraron
vinculantes para las leyes. Este nacimiento histórico del fenómeno
democrático podría ser simbolizado con tres palabras: Asamblea,
Democracia y Ciudadanía. Triple concepto unido y grabado en una
palabra del griego antiguo: EKKLESIA, asamblea democrática de
los ciudadanos (de Atenas).
La
Ekklesia aparecida en Atenas es asociada por algunos historiadores a
un origen o consecuencia directa de la “Revolución Hoplita”,
acontecida sobre el siglo VI aC. El tiempo y lugar son retratados con
continuas guerras y disputas ente las polis nacientes de la Antigua
Grecia. Las contiendas solían implicar primero a dos ciudades, luego
aparecían otras como aliadas o neutrales, y así todas las polis se
habituaron a las guerras. Donde en Atenas, como hemos visto, los
hoplitas eran ciudadanos pobres para tener caballo, por lo que
generalmente iban a pie y los aristocráticos formaban la caballería.
Pero el tiempo y cierta bonanza económica dotó a Atenas de un
ejército con eficaz mezcla entre caballería e infantería. Y a la
postre una primera potencia marítima.
Los
infantes hoplitas fueron haciéndose imprescindible en la defensa de
la ciudad y de las riquezas aristocráticas guardas en ellas. Esta
sensación de ser necesitados hicieron a los hoplitas valorarse de
mejor manera y así supieron velar cada vez más por sus intereses
políticos dentro de la polis, reivindicando más cuotas de cargos y
poderes políticos. Algunos aristocráticos, temerosos de que
surgiera algún tirano y les arrebatara el poder político,
propusieron la Isocracia (la igualdad política para todos los
ciudadanos), algo totalmente revolucionario en toda Grecia y en la
propia Historia. Los atenienses aristocráticos Dracón y Solón
establecieron leyes comunes para todos los hombres libres de Atenas.
Precisamente con la Constitución de Solón (segunda después de la
de Dracón), en el año 594 aC, se puso la primera “piedra” de
una democracia moderada. Estas innovaciones fueron deterioradas por
una serie de tiranos como Pisístrato (560 a 527 aC.). Por lo que no
fue hasta las reformas de Clístenes (510 aC) donde ya podemos
comprobar en ejercicio los inicios de una verdadera ciudadanía
democrática, ática o ateniense.
El
hombre como “animal político” pasó a ser, además, “animal
democrático”. Y entre los hombres atenienses no esclavos (y
mayores de treinta años) surgió el concepto teórico y el ejercicio
práctico de la ciudadanía democrática, cuyos votos y escrutinios,
por primera vez, regularían gobierno y crearían leyes. Los antiguos
atenienses convocaban ekklesia (asamblea) cada año y elegían a diez
estrategas (generales), uno por cada demo (tribu) en la que se
dividía la ciudad después de las reformas de Clístenes (570-507
aC.), que también anuló el requisito aristocrático para acceder a
cargos públicos.
Este
influyente político ateniense, al solicitar residencia o
empadronamiento y domiciliar a la ciudadanía, abrió la posibilidad
para concederla a muchos extranjeros residentes en Atenas y así
ocurrió. Efialtes (¿?-461 aC.), jefe del partido democrático en
465 aC. emprendió más evolución democrática en los campos
políticos y sociales, pero sus opositores lo asesinaron; y fue su
mano derecha en aquel entonces, Pericles (495-429 aC.) quien décadas
después, nombrado ya estratega en el 445 aC, redujo el derecho de
ciudadanía sólo a los hijos de ambos padres atenienses, también
para frenar que muchos extranjeros se casaban con mujeres atenienses
para obtener ciudadanía en aquella evolucionada y admirable Atenas
(en comparación con las ciudades anteriores y posteriores de la
Antiguedad). En época de Pericles Atenas se convertiría en la forma
de gobierno más evolucionada conocida por nuestro pasado antiguo,
(incluso llamando “siglo de Pericles” al siglo V aC.).
Pericles
es un gran personaje histórico para esta polis democrática, desde esta perspectiva fue mucho más grande que el mismísimo y posterior
Alejandro Magno, o cualquier otro conquistador o emperador famoso.
Logró gobernar durante 16 años seguidos (fue reelegido 15 veces) y
sus obras de gobierno fueron admirables, acabó con la pobreza y la
indigencia en Atenas utilizando el derecho, no la fuerza, algo
elogiable para aquella y esta época. Por supuesto como todo
personaje histórico tiene zonas de sombras, pero el resultado
público fue admirable. La sociedad ateniense, al hacerse más rica e
intelectual, atrajo la emigración extranjera, diferenciándose otra
parte numerosa de la sociedad pública y quedando en cuatro los grupos
destacados (dejando aparte a los niños): hombres libres, mujeres
discriminadas o sumisas, esclavos/as y extranjeros. Por lo que
también se le puede llamar, desde la perspectiva actual, como “¼
de Democracia” a aquella e innovadora política ateniense. Aún así, por muy
criticable que sea o pueda ser la ciudadanía democrática ateniense,
representó el primer paso histórico y necesario que ha conducido a
las ciudadanías democráticas que hoy disfrutamos.
Grecia
Antigua era un mosaico de ciudades-estados unidas por una misma
lengua y una misma fuente mitológica. Destacó entre los antiguos
griegos que, sobre todo, obedecían a las leyes, no a los Dioses, a
los que respetaban mucho, por supuesto. También se sintieron muy
unidas todas las polis griegas ante las guerras hacia culturas
extranjeras. Por ejemplo el considerado padre de la tragedia griega,
Esquilo (525 aC. a 456 aC.), en su obra “Los Persas” del 472 aC.,
describe cómo los griegos, al vencer a los persas se consideraron
superiores frente a lo oriental o extranjero.
La
contradicción ateniense existe y la trae una pregunta: ¿cómo puede
establecerse las libertades democráticas y, al mismo tiempo, existir
esclavos como ocurrió en Atenas?. Pero no todos estuvieron a favor
de la esclavitud. Al menos en el Jardín (escuela filosófica de los
epicúreos) aceptaban como alumnos a personas de toda condición,
incluyendo mujeres y esclavos. Entonces, y considerando todo esto:
¿por qué aquellos que comenzaron a transitar el mundo de la razón
no se dieron cuenta que ser amo de otro hombre es renunciar a la
comunicación razonada y lógica entre todos los hombres?. Quizás,
además de económica, también tuvo una explicación mitológica,
incluso más influyente o convincente que la ofrecida por
Aristóteles, que intentó justificar con lógica a la esclavitud
(los antiguos sabios griegos tampoco fueron perfectos).
Es
contradictorio, cuando en la economía se establece o depende de la
esclavitud como mano de obra y de producción (incluso especialista)
se hace necesario un plan más económico que ético para eliminar de
la sociedad a la esclavitud. Por otro lado, en la actualidad la
colectividad humana también resulta contradictoria, como si lo
contradictorio fuese algo natural o heredado de la Historia, más
como deuda que como riqueza. Al menos en Atenas, aunque fuera
imperfecta, la ciudadanía comenzó a fundamentarse con la lógica y
la razón. El pensamiento general ateniense no sólo utilizó y
perfeccionó ese ¼ de democracia como forma de gobierno, además supo
enriquecerla y basarla en la ciudadanía individual a través del
método discursivo y, sobre todo, por debates civilizados para
decisiones posteriores en la Ekklesia.
La
Democracia entre los ciudadanos atenienses representó un antes y
después en la Historia. Porque el hombre superó a la fuerza bruta y
apareció la fuerza mental más allá de lo individual al reunir
muchos votos para escrutinios que dirigieran el poder. La fuerza del
músculo, del mazo, de la espada, lanza, redes y piedras fue superada
por la lógica colectiva: “Si mi voluntad como individuo o
colectivo menor es contradicha por mi colectivo mayor de forma
democrática, acataré la ley resultante”. El voto no sustituyó a
la espada, pero comenzó a dirigirla. Un nuevo poder lógico, la ley
votada democráticamente, apareció con la Antigua Grecia, y le
llamamos lógico porque es algo “natural” a lo que se tenderá
una y otra vez a lo largo de la Historia posterior hasta llegar a
nuestra época, donde la Democracia representativa resultante ha
casado o casa bien con cualquier cultura o país humano, casi se
podría afirmar que es una tendencia natural desde todas las culturas
y sus, muchas veces, violentos o revolucionarios cambios.
Entre
estas primeras y antiguas libertades democráticas los campos del
conocimiento tomaron nuevas energías y caminos plurales entre sus
ciudadanos libres, así nacieron muchas ciencias y el mundo imparable
de la Razón. La ciudad de Atenas, lógicamente, se convirtió en el
mayor núcleo de esplendor social, cultural y artístico, no sólo de
aquella época, también durante muchos siglos después de su derrota
militar iluminó a otras culturas. Esta es la grandeza y la gloria de
Atenas en la Historia humana: el nacimiento de la ciudadanía general
democrática; de la que no participaron mujeres ni esclavos, ésta su
pena y deuda que la Historia, a la que tan bien sirvió, se
encargaría de enmendar muchos siglos después. Donde nuevas
“Ekklesias” paritarias estarían formadas por hombres y mujeres
formando sociedades donde no existiría ya la esclavitud.
La
filosofía no nació en Atenas, sino en las polis griegas de Asia
menor. Llegando a Atenas esta curiosidad asiática que investigaba el
principio generador del mundo. Pronto uno de los primeros y
destacados filósofos atenienses, Sócrates (470 a 339 aC), fue mucho
más allá y señaló al conocimiento de uno mismo y de las virtudes
posibles como fundamento de la sabiduría. Su alumno Platón basó en
el mundo de las ideas la concepción del conocimiento; y el discípulo
de éste, Aristóteles, estableció una mecánica para el
conocimiento, la lógica, e inició la metafísica. El mundo libre
del conocimiento, filtrado esta vez por la lógica y por nuevos
métodos académicos, dio lugar a las famosas Escuelas Filosóficas
griegas que pasaron a la época helenística. Muy diversas entre
ellas y hasta enfrentadas, pero todas con el objetivo de descubrir o
crear el proyecto concreto de la verdadera forma de vida que debe
adoptar el griego (o humano, en muchos casos). Toda Escuela
filosófica se fundamentaba en tres nuevos campos:
1.
LÓGICA
2.
FÍSICA
3.
ÉTICA
Y
sobre estos tres campos pensaban, versaban, dudaban, discutían y
enseñaban, hasta se enfrentaban con otras Escuelas, sobre todo en
Ética, ya que en Lógica y Física existía mayor consenso o
igualdad entre todas las Escuelas. Además de estos tres grandes
campos del conocimiento, relativamente nuevos, sobre todo en su
tratamiento escrito y académico, había dos grandes campos más
traídos desde el pasado y con gran peso en las Polis griegas: la
Política y la Religión. Al abarcar estos viejos temas las distintas
Escuelas crearon distintas líneas investigadoras y discursivas que
formaron como un escaparate académico donde se exponían las
diversas sociedades ideales.
Afortunadamente
la religión, que también sufrió transformaciones (incluso intentos
de ser interpretadas con lógica y razonamientos), no frenó la
aceleración evolutiva del conocimiento razonado y lógico. Más bien
fue a la inversa, se dejó llevar por él y sufrió grandes
evoluciones. Un ejemplo real lo encontramos en la figura histórica
de Pitágoras (582-507 aC), genio matemático. Sus discípulos y él
fueron los científicos más adelantados de su época. Con los
números descubrieron que la Tierra era redonda y que giraba
alrededor del Sol, además de formular el famoso Teorema de
Pitágoras. Aún así los números no escaparon a la mística,
religión o política. Los pitagóricos fueron también reformadores
religiosos, además de creer y enseñar una sola divinidad (algo
revolucionario para la sociedad griega que era politeísta), creían
en la inmortalidad y en la reencarnación. Los pitagóricos también
participaban en las ideas políticas (se cree que mayoritariamente
apoyando a la Aristocracia). Por ello fueron expulsados de Samos,
fundando otra escuela mayor en la ciudad de Crotona, al sur de la
península itálica, que fue incendiada y muchos pitagóricos
asesinados precisamente por sus ideas políticas, más que por sus
ideas científicas o religiosas.
Donde
realmente se apoyó la ciudadanía ateniense fue en la Escuela o
Academia de Platón y de Aristóteles, que no creían en el individuo
autosuficiente, sino en la Polis autosuficiente con individuos
ciudadanos, construyendo en este principio su sistema
filosófico-político, subordinando la ética a la política sin
anular fundamentos éticos en la política. Aunque entre Platón y
Aristóteles (maestro y discípulo) hubo destacadas diferencias.
Podemos simbolizar como idealista a la figura de Platón y de
realista a la de Aristóteles. Como se dijo, estos dos importantes
filósofos, junto a Sócrates, fueron o son tres de los más grandes
sabios de la Antigüedad (ejemplo de la riqueza social de las
libertades de pensamiento y expresión donde sería obtenida la
democracia para la Historia). Hay que puntualizar, no fueron sabios
al cien por cien en sus afirmaciones, porque en algunas no acertaron
ni de lejos, como con la esclavitud y con las mujeres.
Entre
esta ebullición de los conocimientos evolucionaron las Polis
griegas, siempre destacando Atenas, y durante siglos existieron.
Cuando su esplendor fue desapareciendo, en la entrante época
Helénica, la naciente cultura romana tradujo las principales obras
griegas al latín; y casi copió literalmente (con otros nombres) a
sus dioses y mitología, también a su ciencia y filosofía. Aunque
el poder en Roma siempre fue más propenso a beber de las fuentes
lógicas y mitológicas antes que de las filosóficas. Muchas
tendencias filosóficas en política desquició hasta tal punto a los
poderes romanos de la época que en el año 161 aC decretaron la
expulsión de todos los filósofos en Roma. Es curioso comprobar cómo
Grecia Antigua sirvió “a la Carta” a toda la Historia posterior.
Ocultándose aspectos griegos no adecuados, por ejemplo y desde una
perspectiva histórica, los griegos vivieron en libertad sexual y
había de todo: bisexualidad u homosexualidad; incluso era normal
celebrar orgías al final de la mayoría de las celebraciones o
festejos. Sin embargo ello fue acallado. Porque era lo contrario a
las éticas dominantes en cada momento histórico que “bebió” de
la cultura griega, sobre todo del cristianismo.
Esta
explosión de diversidad del pensamiento y sus conocimientos
practicada por las Escuelas Griegas debieron evolucionar forzosamente
en sus conceptos cuando llegaron los ejércitos macedónicos y fueron
invadidas las polis griegas. La conmoción en el mundo del
conocimiento fue tremenda y la cosmovisión de las polis se derrumbó
ante las mismas puertas de las Escuelas filosóficas. Aquellas
enseñanzas terminaron por evolucionar y sobrevivieron más allá de
la hegemonía política/militar del poder macedónico. Iniciándose
así la época Helénica que duró unos tres siglos y donde las
Escuelas filosóficas griegas intentaron sobrevivir y ofrecer
alternativa al mundo en caos y dominado por los generales herederos
de Alejandro. Así llegaron entre altibajos al año 529, donde la
escuelas atenienses fueron cerradas definitivamente por la Roma
imperial y cristiana.
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