Carta abierta a Escribas
Señoras
y señores firmantes de Escribas
Podemos, con todo
respeto y mejor parecer, les escribe un ciudadano de Benalmádena
(Málaga), por tanto ciudadano andaluz, español y también europeo.
Un ciudadano que piensa votar a Podemos y que además colabora a
nivel local en la fundación o constitución de “Podemos
Benalmádena”.
El motivo de la presente es en relación al escrito publicado por el
www.huffingtonpost.es el
24/09/2014 titulado “¡Claro que Podemos”, y firmado por Germán
Cano, Jorge Lago, Rita Maestre, Eduardo Maura y Jorge Moruno,
http://www.huffingtonpost.es/german-cano/claro-que-podemos_b_5871940.html
donde se deja manifiesto que “debemos
asumir que no contamos con las garantías suficientes para
presentarse con la marca Podemos en los más de 8.000 municipios de
este país”. Y no
estoy de acuerdo, pero no por ser yo, sino por el razonamiento que
pongo al servicio del interés general del partido político Podemos
o de lo que yo interpreto como tal.
Creo
que Podemos es un partido político que, fundamentalmente, apuesta
por la participación del ciudadano en las tareas o decisiones
de gobierno, apuesta por la transparencia total y apuesta por
el cumplimiento de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos. #Podemos es un
intento y prueba de lo que nació en #Sol,
representa o sería la materialización en votos del deseo de un
sentimiento colectivo expresado por muchos el 15 de mayo de 2011. Por
ello aclarar que soy mayista (o del #15M)
antes que simpatizante, inscrito o votante de Podemos. Y antes de
mayista soy democrático, cualquier ciudadano democrático del
partido que sea es mi compañero en el principal círculo público:
todos los votantes inscritos en el censo electoral, la Ciudadanía. Y
poniendo al servicio de ella mi limitado razonamiento, aunque
personalmente yo valga poco, he descubierto y creo poder demostrar
que el documento citado es o representa una decisión errónea. Mi
primera prueba se basa en la confianza. Somos los
ciudadanos que votan indignados con esta manera indigna de gobernar,
podemos y debemos confiar en nosotros mismos. Y ello incluye la
confianza hacia los ciudadanos de todas las ciudadanías municipales
de España.
Hay
que confiar en los ciudadanos porque el partido está basado en
ellos, sin los ciudadanos Podemos no es nada. Otros partidos sí
podrían ser mucho o son mucho sin contar apenas con la Ciudadanía,
pero Podemos o su esencia: no. Y dos son, a mi modo de ver, los
niveles de confianza hacia las ciudadanías que los portavoces o
coordinadores tienen delante. Uno es la confianza hacia los
ciudadanos que desean participar local o autonómicamente en la
formación del partido político “marca” Podemos y los ciudadanos
de la misma localidad que desean votarles. El otro nivel es
confianza hacia los ciudadanos en general, sean los
ciudadanos soberanos, los autonómicos o los municipales, hay que
tener bien presente que los coordinadores, portavoces o
representantes de Podemos tienen este deber de convocar los deseos y
decisiones de la Ciudadanía democrática. Las revoluciones pasadas
se dieron entre mayorías de ciudadanos incultos e iletrados, ahora
la Ciudadanía tiene todo el conocimiento público ante sí con un
simple clic. Los líderes revolucionarios del pasado necesitaron
controlar a los incultos (las masas) para instaurar sus
“buenas” políticas o ideologías. Ahora lo que hay que instalar
en el poder son las decisiones de la Ciudadanía. No debe haber miedo
a los incultos o a los oportunistas, hay que confiar en los
ciudadanos, en este caso municipales. Y me van a dejar exponer
claramente estos dos niveles de confianza hacia la Ciudadanía para
que queden mejor en la memoria:
Nivel
de confianza 1: Hacia los creadores, o que lo intentan, de los
Podemos Locales y hacia quienes quieren votarlos. La asamblea general
de Podemos debería contemplar a las diferentes y diversas
asociaciones ciudadanas para las creaciones de los Podemos Locales
como “inocentes hasta que se demuestre lo contrario”.
Nivel
de confianza 2: Hacia las ciudadanías europea, soberana,
autonómicas y municipales. En general. Las ciudadanías deben votar
con mucha asiduidad o en todos los temas fundamentales que les
afecten. Todas las decisiones que secretarios generales, portavoces o
coordinadores puedan transmitir a las asambleas generales deberían
hacerlo.
Las
Ciudadanías, ellas son las jefas, todas las inscritas en los
diferentes censos electorales. Y ofrecerles la posibilidad del voto
inteligente (más allá de elegir representantes) es el deber de todo
partido político que se precie de democrático o a favor de la
participación ciudadana. Si son otras las reglas las reglas de
juego, como decía aquel: “paren que me bajo” (por darle un toque
de humor). Pero es cierto que hay un problema, y aquí podría estar
mucho de la madre del cordero, porque... seguro que habrá
intentos de arribismo y de oportunismo camuflados entre las
asociaciones de ciudadanos creadores de los Podemos Locales. ¿Qué
hacer?. Pues actuar aplicando las normas (habiendo establecido
previamente unas buenas normas). ¿Será mejor unas buenas normas
previsoras contra arribistas y oportunistas que un cerrojazo
municipal con apariencia “perseguidora” o demasiado controladora?
Responder teniendo en cuenta que en muchos municipios, todavía
“escapando”, al control central, es muy necesario un Podemos
Local y hay ciudadanos dignos para ello.
Según
el documento para el “cerrojo” municipal parece que al menos hay
una manera de “solucionarlo”, el documento en sí, o lo que
anuncia o reza: “Es cierto, las elecciones municipales llegan
muy pronto y debemos asumir que no contamos con las garantías
suficientes para presentarse con la marca Podemos en los más de
8.000 municipios de este país, o para hacerlo a la altura de las
expectativas que nosotros mismos hemos generado”. ¿Qué
garantías suficientes?, ¿existe algún municipio español donde no
haya ciudadanos indignados y capacitados para hacerlo mejor que los
actuales gobiernos municipales? De ahí la segunda opción o manera
de solución: confiar; el anterior citado nivel 1. Porque
podría aparecer una contradicción: ¿La marca Podemos está por
encima de la participación ciudadana hacia la formación de los
Podemos Locales?, ¿no es acaso la marca Podemos una manera para que
los ciudadanos podamos participar en las labores de gobierno?, siendo
así o predicando con el ejemplo: ¿dónde está la votación de los
afiliados que decide que la marca Podemos no se presente a las
municipales?.
También
sería lógico que si adoptamos la solución de nivel 1 y confiamos:
podríamos preguntar en qué confiamos. Confiamos que ellas mismas,
las asociaciones locales pro Podemos, podrán con sus medios
descubrir a los arrinbistas y oportunistas. Unos
Podemos Locales tardarán más y otros menos, pero los “aprovechados”
acabarán siendo descubiertos y dejados de apoyar o de votar. El
juego debe quedar claro para todos, es el voto general quien decide,
quien quiera engañarnos debe hacerlo también al voto general, a
todos los que votan. ¿Podrán? Que se atrevan arribistas y
oportunistas, qué le vamos a hacer, si en definitiva no procedemos
de una sociedad triunfante, sino decadente. Es la realidad ciudadana
ante nosotros, un territorio político infectado por la corrupción,
una sociedad invadida por la injusticia económica, una Justicia
sumisa al poder político, un poder político muy alejado del
ciudadano. Vivimos una política decadente en una sociedad decaída.
No nos queda otra, confiar en nosotros los demócratas para ofrecer
participación a la ciudadanía local naciente a través de sus
círculos municipales auto generados. Que alguna decide en un momento
dado algo que no nos guste o que estábamos en contra, pues qué le
vamos a hacer, son las reglas del juego, bendita diversidad.
Pudiera
ser que cuando faltan medios o inteligencia suficiente, lo más
esencial de una teoría pueda parecer algo ingenuo ante el
desbordamiento de los acontecimientos, pero es ahí donde más hay
que seguir al pie de la letra nuestra esencia, ello nos sacará del
desbordamiento. En caso contrario aparece un problema “mayor”, el
control como o con afán y solución, controlar a los “desconocidos y
anónimos” de los Podemos Locales. Una vez más dos caminos. Que el
control máximo resida en la secretaría general o que resida en la
asamblea general, siendo el límite entre la democracia
representativa y la participativa. Un secretario general y los
órganos consejeros de un partido político hacia la participación
deben tenerlo claro. Y unas asambleas ciudadanías deben “ceder”
ante otras. La ciudadanía soberana no debe pretender controlar a las
ciudadanías autonómicas y éstas no deberían intentar controlar a
las ciudadanías municipales. Pues igual debería ser en Podemos.
Cuando se crea un votante interior de Podemos, lo hace un ciudadano
europeo, español, autonómico y municipal, y él sabe cuándo y
dónde votar como tales. Sabe diferenciar entre problemas y posibles
soluciones y qué nivel debe solucionarlo, entre estos cuatro niveles
de la Administración Pública Democrática.
En
definitiva, confiar y ceder el control municipal a la identidad
municipal que debe ir formándose con la participación y votos
continuos de todos sus ciudadanos sensibles a las ideas y asambleas
que Podemos transmite, incluidos los círculos temáticos o grupos de
trabajo. Construir, favorecer, dejar, porque en definitiva es dejar
que fluya con naturalidad, un Podemos diverso cuando del nivel local
o autonómico se trate, tal y como es o son nuestras sociedades y
todo el territorio español. Tal y como exige la propia democracia
participativa que, de forma casi automática, comienza a trazarse con
diversidad. La Participación Ciudadana debe ser lo más inteligente
a nuestro alcance, no la que dicten algunos a fuerza de leyes que
limiten la diversidad y que impidan a corto plazo las soluciones que
demandan nuestras sociedades democráticas. No es poner en el poder
público a la ideología que tiene en mente uno o unos pocos, y de
acudir a ella a ver qué dice para tal o cual problema público, es
tener claro que los representantes son puentes de convocatoria hacia
los ciudadanos para que con sus votos solucionen los problemas
públicos.
En
definitiva Andalucía no es Madrid, y Benalmádena no es Sevilla.
http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_al_Parlamento_de_Andaluc%C3%ADa_de_2012 Los
andaluces no votamos hasta 2016, no tenemos el mismo “problema”
de Madrid, con elecciones municipales y autonómicas juntas. También
de manera simultánea se celebrarán autonómicas en trece CCAA:
Asturias, Cantabria, Navarra, Castilla y León, La Rioja, Comunidad
Valenciana, Castilla-La Mancha, Región de Murcia, Canarias, Islas
Baleares, Aragón y Extremadura
http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_municipales_de_Espa%C3%B1a_de_2015 Y
un detalle, Andalucía es la mayor CCAA de España. Sin los Podemos
Locales andaluces, con concejalías y alcaldías (aún sin
determinar) ya gobernando o co-gobernando municipios: ¿cómo
afrontar unas elecciones autonómicas andaluzas con mejores
resultados a la participación ciudadana y al voto afín?, ¿se puede
evitar el cerrojazo municipal andaluz?. Para Andalucía sería
histórico, formando la participación ciudadana pueblo a pueblo,
donde se haya obtenido representación, alentando continuamente a los
pueblos donde no se haya obtenido representación. Pueblo a pueblo,
qué bonito construir así la participación democrática andaluza y
llevar a Podemos como partido más votado para 2016 en Andalucía.
Confiemos, podemos.
Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario