lunes, 23 de diciembre de 2013

Aborto no, sí al aborto


No y sí al aborto voluntario

Este título por sí solo parece contradictorio, pero un buen texto explicativo podría convertirlo en racional. Y esto pretendo con este post. Recurriendo a mi ética, fuente de mi normativa moral, que no es sólo teórica, y a veces he tenido que vivir la ética en primera persona para tomar posición moral, pública o privada. Hay algunos conocimientos éticos empíricos que me ha tocado vivir o experimentar, como en esta cuestión del aborto. Cuando tiro de memoria quizás el primer encuentro práctico con el aborto voluntario fue con una novia noruega que tuve cuando tenía 21 años (y ella 19). Al principio fueron unos meses maravillosos. Recuerdo que solíamos salir con otra pareja, él español como yo y ella galesa (británica). Salíamos mucho en moto, cada pareja en una, y hacíamos rutas por la provincia de Málaga. También frecuentábamos pubs ingleses de la Costa del Sol. Y en uno de ellos pasó por primera vez... al menos para mí, o que yo me diera cuenta, porque en realidad pasó un par de veces antes sin ser yo consciente del hecho. Cuando por primera vez fui consciente fue un día que lo estábamos pasando muy bien en un pub inglés y de repente ella se levantó muy seria, me cogió de la mano y me pidió que nos fuéramos. Así, sin más.

Nos fuimos, pero por supuesto aquello me cortó el rollo y quise indagar, saber el porqué. Sin embargo ella era tajante, quería pasar página, yo no, y tuvimos nuestra primera discusión seria. Después, en la parte silenciosa del enfado quise atar cabos, pero no me salía nada coherente. Recordaba que estábamos los cuatro en la parte interior del pub, donde los sillones y mesas, y no había más clientes. Bueno, en la barra estaba la dueña, dos o tres personas más... ah, y una mujer que entró con un niño chico en un cochecito. Y habíamos comprado unas bolsitas de patatas de varios sabores nuevos y las probábamos dando opinión. Pero aquellas piezas sueltas no me permitían construir un móvil que explicara aquel enfado espontáneo de la entonces mi novia. Mi enfado era serio, mi impotencia conmigo mismo también, y estaba todo muy latente a mi alrededor. Quizás por ello se acercó la amiga galesa y me hizo comprender aquella importante realidad que había vivido. Me dijo la verdad, mi novia, cuando tuvo 15 años, abortó voluntariamente, y a veces cuando veía bebés o niños pequeños recordaba y vivía aquel momento, parece ser bastante traumático, entonces se tenía que ir porque le impedía distraerse con otra cosa o incluso, quizás lo peor, de seguir pasándolo bien.

A mi ex novia noruega no le sentó nada bien que yo conociera su secreto, no que me lo dijera la amiga galesa, sino que no estaba preparada para que su pareja conociera aquella “debilidad” suya aún por superar... O eso creo yo, el caso es que quizás también allí comenzó a trenzarse una ruptura definitiva que a los pocos meses aconteció. Cuando pienso en aquella gran mujer a la que tanto quise (supongo que todavía será una gran mujer o mejor) y escucho comentarios tan frívolos sobre mujeres jóvenes que abortaron, abortan o abortarán en el futuro, me entristezco. Me refiero a esos comentarios malvados que dibujan a las mujeres jóvenes a favor del aborto libre como a personas que de repente piensan, “no me importa quedarme embarazada y matar a un niño”. Por ello he aquí mi primer conocimiento ético, el aborto es una cuestión muy seria para la mujer que decide abortar, es un problema serio. Pero también es muy cierto que podría tratarse de un problema menor cuando tener ese hijo representa un problema mucho mayor. En cualquier caso se necesita mucho valor para tomar la decisión de abortar, incluso sería recomendable calibrar el efecto psicológico y ofrecer ayuda al respecto para después de abortar. Muchas dudas me quedaron de mi novia noruega (que no quería hablar del tema) sobre cuando ella abortó (¿quizás creía que yo estaba en contra del aborto porque mis padres eran cristianos?. Y los padres de ella ¿querían que ella abortara o qué le aconsejaron?, ¿ella quería tenerlo y por las circunstancias y fuertes presiones del entorno “obligaron” a casi una mujer de 15 años a abortar? Muchas dudas quedaron y quedan.

Así mi ética personal topó con las secuelas de un aborto presuntamente voluntario y me hizo tocar el grave problema. ¿Parece un alegato en contra del aborto voluntario?, podría parecer, pero no lo es, porque la solución no es prohibir el aborto voluntario, sino asegurarse que la decisión es psicológicamente responsable, y si no lo fuera o con serias dudas, ofrecer ayuda para tomar la decisión y para después de tomarla. La valoración psicológica, cuanto más joven es la mujer que toma la decisión de abortar, más presente debería de estar. A mí no me preocupó juzgar el aborto voluntario, pensaba y pienso que cada mujer, u hombre, puede hacer con su cuerpo lo que quiera sin que perjudique a terceros, porque son decisiones individuales, particulares o privadas, es responsabilidad única, e intransferible, de la persona que toma la decisión. Mi voto, que por cierto no me ha pedido el Legislativo y eso está muy feo legalmente, es a favor de la legalización del aborto voluntario. Pero mi vida continuó, y si viví, desde fuera, parte de las secuelas de un aborto voluntario, la vida me reservaba las secuelas, desde dentro, de un aborto involuntario.

Años después me casé con una española isleña (de Ibiza). Y al tercer año de matrimonio perdimos un hijo cuando llevaba cinco meses y medio de embarazo. Fue un palo psicológico que no voy a entrar a detallar pero fácil de imaginar si digo que ya teníamos zapatitos y ropita de niño, y más siendo ella primeriza. Por mi parte viví aquellos cinco meses y medio junto a la criatura, le ponía música, ponía la oreja sobre la barriga de la madre... Cada treinta y uno de agosto enciendo una vela en su memoria. Por esta ética forjada a golpes psicológicos, también he de decir empíricamente, que como normativa moral privada, yo nunca abortaría si fuera mujer. Tendría que ser el mal de una fuerza muy mayor para que yo, siendo mujer, abortara. Porque sólo creo en la genética lo suficiente, ni un ápice más, y otorgo al valor psicológico y sentimental de la paternidad o maternidad el peso principal de las mismas. Y deshacerme de un hijo no necesariamente debe conllevar el aborto, también podría deshacerme de él nueve meses después y dejarlo en algún lugar que lo criaran bien. Pero es algo privado que me apetece hacer público en este modesto blog, nada más. Públicamente estoy a favor de legalizar el aborto voluntario. Y el aborto voluntario no lo considero algo bueno o de lo que enorgullecerse, siempre es un mal menor. Atendamos el problema con la cercanía humana o psicológica que merece y restemos protagonismo al Legislativo, porque son o deben ser decisiones personales.

El Legislativo, en este caso de Rajoy, el “príncipe” representante con más poder en España, quiere imponer (anteponer al voto de todos) su dictado e ilegalizar el aborto voluntario. Yo me levanto y digo estar en contra. Es más, podría incluso argumentar a favor de que el aborto voluntario entra dentro de los derechos individuales que ni siquiera las mayorías de turno podrían anular. Hasta ese punto creo que cada persona adulta puede hacer con su cuerpo y su vida lo que quiera bajo su única responsabilidad (sin que haya daño a terceros). ¿Quitarle la vida al feto es un daño a tercero?. No tengo la verdad absoluta y a la presente pienso que quitarle la vida a una mano (en el hipotético supuesto que alguien quisiera cortarse una mano) no es quitarle la vida a una personalidad. Bien es cierto que el destino de un feto, por cauces naturales y sin incidentes, es convertirse en una personalidad, en un tercero. Pero mientras es feto forma parte de una persona, la mujer embarazada, sólo hay una persona, Miro a una mujer recién embarazada y no veo a dos personas, es más, si no me dice que esta embarazada ni siquiera vería el embarazo. Una mujer embarazada es una persona y, en última instancia, cuando cortan su cordón umbilical nace otra persona. Yo quise dibujar a una persona tres meses antes que naciera y enciendo una vela todos los años a una persona imaginaria, una personalidad que no pudo ser, que no es y que no será, pero al mismo tiempo una personalización que he hecho de un embrión con cinco meses y medio, una personita que ni siquiera un hijo real podría borrar. Esto creo, dispuesto a creer mejor, por iniciativa propia o porque alguien se preste a ello. Y ahora, creyendo haber explicado mi postura privada y mi voto público con algo de raciocinio, puedo decir más tranquilo que ante el aborto voluntario; privadamente no, públicamente sí. Quiero libertad para que todos puedan decidir y para mí decidiré que no.
Gracias.

.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,

Anexo: Viñeta escrita al respecto:

Una hija de 17 años le dice a su madre mientras hablan sobre el sexo:
- Mamá tengo miedo a quedarme embarazada al hacerlo con mi novio porque esta nueva ley me impediría abortar si tomara esa decisión.
- No te preocupes hija, la justicia no es igual para todos, esa es una ley sólo para pobres. Nosotros tenemos dinero para pagarte un aborto en el extranjero y tú elegirías el país y la clínica. Queda tranquila.
- Ya... Pero mañana se cumple justo un año cuando el rey dijo que la justicia era igual para todos.
- Ay, hija, todavía te queda mucho por aprender, por ello me pregunto si tendrías la fuerza psicológica suficiente para afrontar un aborto voluntario.
- Sí, me da miedo sólo pensarlo.
Fin

9 comentarios:

  1. Para mi el abortar sería un tremendo drama también, lo mismo que para cualquier mujer debe de serlo, lo que niego la mayor es que sea un DERECHO.
    No existe el derecho a asesinar a quien custodias por habertelo dado la Naturaleza.
    Pero no quiero discutir contigo de sentimientos y creencia (que cada uno tiene las suyas).
    Lucharé porque puedas siempre defender civilizadamente las tuyas, pero combatiré el que lo denominen un DERECHO.
    La historia que refieres es muy interesante, algo parecido tengo vivido, no voy a prejuzgar a esa mujer (pues no conozco más información de ella que la que refieres, pero si sé que el peor juez está dentro de nosotros mismos, puede llegar un profesional de la sicología y “lavarle el coco”, para liberarla de complejo de culpa, pero difícilmente olvidará que asesinó a una criatura que estaba salva dentro de su vientre, corrompiendo el sobrehumano don que la Naturaleza donó a la mujer: el poder dar la vida.

    Sin ser acólito, si soy un ser espiritual en constante evolución humana, tengo mis propias palabras siempre, pero hoy me permito copiar y pegar lo dicho por Francisco, ese hombre que pienso Providencial, que creo que dice mejor que yo lo que pienso al respecto:
    “Entre esos débiles que la Iglesia quiere cuidar con predilección están también los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo. Frecuentemente, para ridiculizar alegremente la defensa que la Iglesia hace de sus vidas, se procura presentar su postura como algo ideológico, oscurantista y conservador. Sin embargo, esta defensa de la vida por nacer está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano. Supone la convicción de que un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo. En un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver otras dificultades. Si esta convicción cae, no quedan fundamentos sólidos y permanentes para defender los derechos humanos, que siempre estarán sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno.”

    Un saludo

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  2. Gracias Avalón, yo también defenderé que todos los argumentos puedan mostrarse en público. Para mí un aborto de semanas (voluntario) no es un asesinato. Para un asesinato necesitamos a un ser vivo; y las leyes (desde siempre) inscriben a los nacidos cuando nacen (no antes), entonces ya sí son miembros vivos de la sociedad y se podría cometer delito de asesinato contra ellos.

    Y comprendo toda tu argumentación, pero al final en algunos conceptos legales es la práctica quien regula a las ley, no al revés. Los abortos voluntarios no van a disminuir con esa ley, en vez de solucionar un presunto problema, lo va a empeorar, pues seguirán los mismos abortos pero ahora muchos de ellos con serio riesgo para las pacientes (muchas en clínicas clandestinas o improvisadas en cualquier casa). La ley no puede evitar la decisión última del ciudadano (en este caso ciudadana), entonces más que preventiva se convierte en castigadora (sólo sancionadora). Por ello este derecho a la decisión de toda mujer u hombre es básico, primordial (aunque en ocasiones primitivo) y es perfectamente lógico: no puede decidir delinquir quien no es libre, sólo el que es libre puede escoger entre delinquir o no delinquir. Es un derecho irremediable, aunque en ocasiones lo sancione alguna ley de turno, es un derecho inevitable. Entonces no es la ley quien debe combatir a favor del argumento que esgrimes, sino la Educación y en última instancia la Información, el Conocimiento. Aquellos que creen que tienen conocimientos capaces de mostrar y demostrar que se comete un asesinato contra un feto de pocas semanas deben tener siempre el derecho a publicarlo, a exponerlo para conocimiento de todos.

    Y para mí las palabras del Papa flaquean desde el principio, porque en todo caso no hay un débil que proteger, sino dos, la mujer cuenta, y en este caso es la que más cuenta. Y hablamos de mujeres cuerdas y adultas, que si fuera tan malo el aborto libre: algunas o muchas se darían cuenta. Esas palabras del Papa pueden servir para respaldar esta ley del PP, pero estas mismas palabras escuchadas en Francia o Portugal podría estar acusando a sus leyes de injustas (ya que permiten el aborto). Para mí, una vez más, “dad al César lo que es del César (leyes y política) y a Dios lo que es de Dios (creencias religiosas)”. También se podría debatir religiosamente (yo no por ser agnóstico) que si un feto con un mes o dos es un ser humano vivo: ¿por qué no se le bautiza o se le hace algún ritual para darle la bienvenida al mundo humano?.

    En definitiva, ¿cuándo empieza la vida de un ser humano? Para mí es una respuesta científica, después política y finalmente regulada por ley. Pero ya dije, si la vida humana nace o comienza al cumplirse dos semanas de ser feto (por ejemplo) ya debería ser inscritas en un registro civil en ese mismo momento, entonces sí estaría de acuerdo en que se le estaría quitando la vida a un ser vivo y humano reconocido por toda la sociedad.

    Y como siempre un placer dialogar contigo. Un abrazo y

    FELIZ AÑO NUEVO 2014
    ;-)

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    1. Hablas de tiempo en semanas ¿cuántas?
      Cuando se expresa el tiempo en semanas es para minusvalorar el tema, se dice 24 semanas que parece poco al expresarlo en semanas, pero la realidad es que son 6 meses; esto es una argucia como los comerciantes que dicen el precio es de TAN solo 99€.
      Por supuesto que es un ser vivo, en diferente desarrollo según el tiempo de “producción” pero es una vida, una promesa de humano completo y útil para la sociedad humana.
      Luego se argumenta el falaz recurso de la ley, divinizando como un talibán religioso la ley.
      La ley es obra de humanos y por ello mismo no siempre es buena, ni justa, ni humana ni equitativa. Tenemos en el mundo diferentes leyes como ejemplo de ello, por lo que creo que recurrir al argumento de que es legal es erróneo.
      Yo fui inscrito 30 días después de mi nacimiento, ¿Solo fui ser vivo a partir de ese tiempo? ¿Qué fui hasta esa fecha? ¿Se me podría haber asesinado por no haber estado inscrito?
      Por supuesto mi disensión total al respecto es en que es un DERECHO, como he argumentado antes.
      Una cosa que me alarma desde el principio de todo esto, es el ninguneo del copartícipe de la gestación: el hombre.
      El hombre es ninguneado desde el principio cuando se grita nosotras parimos y decidimos como si el hombre no hubiera sido copartícipe.
      La libertad, que me es no solo amada, si no que me es imprescindible como medio inmarcesible para mi evolución (a la que estamos llamados todos desde un principio) la tengo que implementar en todo, incluso entre la libertad para inclinarme al bien o al mal, que se será mi responsabilidad y por consiguiente mi condena personal a la regresión en la evolución, pero no voy a permitir que se den unos derechos que no lo son y están inclinados al mal absoluto.
      Francisco no numera los débiles, menciona al más débil de ellos y respecto a que es la mujer la que cuenta, es cierto, es la llave del control poblacional que tienen implementado, en otros sitios (también con ley por medio) solo que es el hijo único, en nuestros lares el aborto que es utilizado como herramienta de control oculto poblacional es complementada con leyes desmotivadoras de familia.
      Desde luego está lejos de mi ánimo debatir con alguien que tiene firmes principios, aunque en mi opinión sean erróneos, es el ansia de evitar que se demuelan el derecho a la vida del nonato, pues como afirma Francisco Si esta convicción cae, no quedan fundamentos sólidos y permanentes para defender los derechos humanos, que siempre estarán sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno.”
      Desde que la madre conoce su embarazo, es normal que desde la abuela hasta ella misma se pongan a la tarea de confeccionar un vestidito, ya saben que les ha sido donado un ser vivo, que crecerá y será el orgullo familiar, eso me parece ya un ritual (que tampoco creo en ellos por ser un balbuceante sentido espiritual).
      Dices: “En definitiva, ¿cuándo empieza la vida de un ser humano? Para mí es una respuesta científica, después política y finalmente regulada por ley”.
      La única respuesta para mi es la espiritual, un ser humano pasa por unas etapas, que van desde el cigoto hasta su culminación en el parto, luego quedará la etapa de educación para ya adulto evolucionar hacia el hombre perfecto que le demanda la propia evolución.

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  3. Y por supuesto, añadir mis mejores deseos de venturoso 2014 paras ti y tus seres amados.
    Un abrazo

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  4. Querido Alberto Antonio, vuelvo a decirte que te entiendo y comparto en gran medida tu exposición. Recuerda que yo en lo privado nunca abortaría. Para mí un espermatozoide fecundando un óvulo es como un “milagro”, como la semilla que arraiga en la tierra fértil. Pero hacia lo público voto que cada mujer haga con su cuerpo lo que quiera, porque al final lo va a hacer. Como dije esta “ley Gallardón” no busca solucionar el problema, sino implantar una ideología. Los abortos van a seguir, y seguramente cada año serán más. Si antes la argumentación más utilizada para que una mujer abortara esa su juventud (que la perdería) ahora hay que añadir que no hay dinero para “una boca más”, pues millones de españoles no tienen dinero ni para vivir ellos dignamente.

    Te voy a poner un ejemplo práctico para que comprendas mejor mi postura. Imagina una chica de 15 años a la que quieres mucho (una hija, una hermana, una sobrina...) y se queda embarazada. Ella se cierra en banda y quiere abortar. Se la trata de convencer que no, pero ella insiste, hasta llega a amenazar que si no aborta se suicida. Para abortar conoce a una comadrona que lo hace (ilegalmente claro, con la nueva ley) por 300 euros, pero las garantías son mínimas, se haría en una casa particular y sólo si la chica entra en un riesgo mortal para su vida se la llevaría a urgencias de un hospital. La otra alternativa es abortar en Londres, pero el precio se dispararía a dos mil euros, aunque todas las garantías sanitarias existirían (y las legales). Ahora imagina que tú eres el único familiar capaz de poner ese dinero encima de la mesa, y ella te lo pide: ¿qué harías?, ¿le dejarías el dinero para que ella abortara o no se lo dejarías? Y tanto en el sí como en el no: ¿por qué?, ¿cuál sería tu argumentación?

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    1. En ningún momento defiendo a Gallardón y sus leyes, solo defiendo al nonato.
      Respecto a los partidos dominantes, creo cada vez más, que son cada uno una cara de la misma moneda, implementan el mismo control poblacional.
      Que los abortos van a seguir, eso ya lo sé, ya me gustaría que vieran la luz masivamente, pero no soy tan ingenuo, son tan fuertes los mandatos de los instintos de nuestro origen animal, que solo espero que se evolucione lentamente y deseo que se pudiera acelerar.
      Ahora voy con la hipótesis que me planteas, no necesito pensarlo mucho: Me quedaría con el bebé para educarlo y criarlo yo mismo, puesto que de alguna forma es parte mía.
      Investigaría la cerrazón de querer abortar por ver su solución para el bien de ella y del niño, pero si solo es un motivo de capricho o de cabezonería, no se lo prestaría, pues es su libertad para cometer ese atentado contra ella misma o elegir una forma más moral, y más si le ofrezco de corazón el criarlo yo mismo.
      Echo de menos unas políticas de familia por parte de los partidos que realmente ayuden a la madre presuntamente abortista con sus hijos, incluso habilitando la adopción, pues hay muchas parejas que desean un hijo y tienen que ir a China a por uno.
      Por cierto, hoy en el telediario, han dado la noticia que en China ante la bajada de población obrera debido a la política del hijo único han modificado algo esa ley.

      Un abrazote

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  5. Recuerdo un ejemplo que me pusieron hace mucho tiempo sobre la función de la ley. Me dijeron algo así:

    “La ley no te obliga a conocer la mecánica de los vehículos a motor, sin embargo es bueno que la sepas (o al menos que conozcas las principales piezas y el resto te suene de algo). La ley no te obliga a saber prestar primeros auxilios médicos, pero sería muy bueno para la gente de tu alrededor que pudieras ejercer ese conocimiento tan útil. Y siendo buenos estos dos conocimientos: ¿por qué la ley no te obliga a ellos?”

    Así podríamos descubrir a la ética, aquello bueno pero que no precisa ser ley (política). Para mí lo que cada persona haga con su cuerpo es un problema ético, no político. Y como agnóstico puedo suponer o comprender que sea un problema religioso, y puedo aceptar que cada religión lo resuelva éticamente a su manera y lo convierta en norma moral dentro de sus mandatos. Pero ya está, es un problema de la ética privada y por extensión también de la norma religiosa, pero no es un problema de la política legislativa o de la ley, que debería mantener la autoridad neutral, ofreciendo plena libertad a cada ciudadano.

    Sin olvidar a las ciencias como la biología, la neurología, la psicología y otras involucradas en la labor crucial de responder a ¿cuándo comienza la vida humana en la nueva vida biológica que se genera en el interior de una mujer embarazada?. También a otras preguntas no menos importantes, por ejemplo ¿qué pasa, qué riesgos corre una mujer joven de 16 años que quiera abortar pero que la obligan a seguir embarazada 9 meses, qué secuelas puede tener, qué prevención psicológica sería la adecuada, en definitiva, qué riesgos psicológicos corre la paciente? Y no sólo para la embarazada, y de ahí otra pregunta importante ¿el feto durante esos 9 meses va recibiendo o percibiendo de alguna manera que la madre no lo quiere, qué efectos puede tener sobre el futuro niño?. Otra pregunta desde la otra orilla de la opinión ¿qué pasa, qué riesgos psicológicos corre una mujer de 15 años que no quiere abortar y quiere seguir embarazada si sus padres y el entorno le aconsejan y obligan a que aborte?

    Por ello siento mucha precaución ante aquellas éticas tan formadas que quieren ser leyes, creyendo que llevan toda la razón, cuando la ciencia no ha terminado de pronunciarse. Ante ello queda el instinto del “corazón”, intentar saber cuál es la postura adecuada a través de una ética privada, así estoy a favor del derecho a decidir aún suponiendo que muchos se equivocarán al elegir, o que no elegirán lo mismo que yo. Menos aún intentaría convertir en delincuentes a los que no elijan lo mismo que yo.

    Ello me lleva al supuesto de mi anterior mensaje, porque quien ayuda a un delincuente es cómplice del delito. Porque si yo voto a favor de la ley Gallardón y colaboro para que una mujer muy cercana a la que quiero mucho aborte, estaré cometiendo delito. Si va a Londres sería una delincuencia moral (ante mí mismo), y si lo hace aquí serían ambas, “delincuencia” moral y ante la ley. Y aunque hayas querido suavizar el supuesto, la cuestión hipotética que te planteaba era tajante (no daba lugar a que tú pudieses criar el niño), sólo habría dos caminos: ella aborta o amenaza con suicidarse (y probablemente lo haría); y ella es un ser muy querido. Yo, en ese mismo supuesto, la ayudaría económicamente para que abortara bajo las máximas garantías para su salud, tanto fisiológica como psicológica. Es decir, esa ley, teóricamente, me convierte en delincuente, pero no estoy de acuerdo, si hay malos sería esa ley, no yo, o eso creo yo.

    ;-)

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  6. Bueno, amigo mío, hemos pasado de un pro aborto/antiaborto a una hipótesis distinta.
    Al principio era mi opinión contraria con el mal llamado derecho a abortar, pasando a la situación dramática de una adolescente menor de edad que se empecina en abortar con el chantaje emocional de su previsible suicidio.
    Lo manifesté al principio: Haría lo imposible por disuadirla del aborto y por supuesto del suicidio, ofreciéndole la contrapartida del total apoyo hasta llegar a asumir la crianza y educación del bebé como si fuese mío.
    Pero mi determinación es muy firme no le daría el dinero para el viaje abortista.

    De los riesgos psicológicos que puede sufrir el bebé (cuya responsable sería sin duda esa adolescente nihilista) está por saberse y poder probarse, pero en cualquier caso solucionable con una educación pletórica de amor (de la persona adoptadora).
    Y respecto a los de la adolescente, seguro que serían menores que los que le produjese el aborto.
    Aunque sería placentero que las leyes se ajustaran a mi ética moral, se que ello no es posible y quizás tampoco conveniente, pero en mi entorno, si quiero que se ajusten a lo que creo que es positivo.
    Hasta ahora la “ética” de las que gritan: ¡Mi coño, mis normas! Han estado demasiado preponderantes en la ley, y eso es inadmisible pues representan el mal absoluto.
    Entiendo que no se admitan mis éticas morales, pero no admito que me impongan las suyas.
    Creo firmemente que los que creemos en una ética determinada, ciertas líneas rojas no las podemos traspasar, lo que se debe de reproducir en nuestra vida primero y en nuestro voto político, no votando a todas aquellas formaciones que traspasen esas líneas rojas morales.
    No he querido suavizar nada, solo digo primero la opción única admisible, mi sacrificio y entrega al bebé en beneficio de todos, pero si lo rechaza por capricho o cabezonería la solución que propongo y se niega a buscar salida a su problema, me rompería el corazón, pero no admitiría ese chantaje, pues quien no quiere al hijo que tiene en sus entrañas, tampoco me puede reclamar amor por quien no lo practica con su hijo. No le daría dinero, dejaría de ser un ser humano querido, yo quedaría destrozado y ella pasaría a formar parte de los animales que practican el descarte con sus proles, yo no sería el malo, sería ella la que decidía el mal camino y su perdición. Pues quiero más la salvación de mi dignidad humana que su nihilista sentido del amor filial.
    Por supuesto que esto como tu opinión, son sentimientos, y como tales cada uno lo enfrentamos de una manera.
    Hay quien dice: mi coño, mis normas, pero la mujer tiene derecho a ponerse tetas o una funda dental, también puede y tiene derecho a esterilizarse, pero sobre una vida con ADN distinto al suyo que está gestándose en su vientre hasta la culminación con el nacimiento, sobre eso no tiene ningún derecho a matarla.
    Estimado amigo, hasta aquí expuestas mis razones y mis sentimientos éticos, ha sido un placer debatir contigo sobre este tema tan doloroso, estando siempre abierto a contrastar pareceres sobre asuntos humanos, libremente y en libertad como los dos amamos hacerlo.
    Un abrazote
    :-)

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  7. Muchas gracias, Alberto Antonio. A estas alturas o fin de este debate no me cabe duda que ambos tenemos en alta estima y consideración a la vida humana. Y ninguno de los dos abortaría voluntariamente si fuera mujer. La única diferencia es que yo, en última instancia privada y como norma pública, dejaría en manos de la mujer la decisión; y tú quieres que esa decisión individual sea regulada por ley común (en este caso una ley que penaliza o pone como delincuente a la mujer que desee abortar voluntariamente). Es la única diferencia, es importante, pero más importante es que amemos a la vida humana.

    Sabes que yo me detengo poco en el camino del conocimiento, que tan importante es para ir formando mi personalidad. A veces me quedo dormido bajo una buena sombra, pero todos los días intento seguir caminando, es decir, no creo tener una opinión definitivamente formada. No me preocupa, pues al igual que creo o veo en ti, sí tengo sentimientos bien arraigados, y cuando el problema supera mi conocimiento o inteligencia, siempre están ellos, mis sentimientos, mi personalidad sensitiva, emocional o espiritual, indicándome la decisión más justa.

    Y en este plan queda este blog a tu disposición para seguir aprendiendo de ti y contigo. Espero seguir dialogando contigo en este 2014 tan cercano. Un abrazo humano.

    Y Feliz Nochevieja y Feliz Año Nuevo 2014.

    ;-)

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