Memorias públicas
de un ciudadano humano
Parte
Primera
“He
visto cuerpos muertos y he visto cerebros muertos,
pero
nunca he visto una mente muerta”. FJ Tejada.
Soy
uno más de los seres vivos del Universo. Parte de mi tiempo, de mi
vida y del concepto de mi persona se lo debo a esta comunidad vital.
Me siento en deuda con este máximo colectivo de la Vida y también
siento que la voy saldando poco a poco, sabiendo que no completaré
ni una décima parte. Porque el Universo y todos los seres que
contiene es un gran misterio para mi conciencia racional. Sólo
conozco un círculo de vida, más bien una esfera, en este Cosmos
misterioso, se llama planeta Tierra. Esta vida planetaria la
conocemos como La Evolución. Y aunque el círculo (esfera)
astronómico esté cerrado, explorado y conocida la geografía de la
superficie terrestre, no así conozco tanto el ciclo de la Vida, o de
la evolución planetaria que en él se desarrolla, y todavía está
demasiado abierto para mi comprensión. Es como estar ante dos
inteligencias supremas, una puede explicar este Universo, la otra
puede explicar la vida de o en este planeta, pero no logro
entenderlas. Mi inteligencia es insuficiente para conocer estas
verdades, soy como un minuto entre las infinitas horas del Tiempo, o
como un centímetro en el Espacio interminable... Salvo un detalle,
estoy conectado con todo lo que hay detrás de mí o lo que hubo
antes de mí, con todos los seres vivos que han existido y existen, y
esto mismo puede decirlo cualquiera de estos seres si tuviera la
mente racional suficiente.
Es
un salto racional tremendo que creo inevitable en la progreso de la
lógica. Soy un ser vivo o individuo insignificante y al mismo tiempo
soy parte del Tiempo infinito, del Espacio interminable y de toda la
Vida que entre ellos crece. Mi mente no es sólo mía. Podría
mentalizarme a que sí, a que mi mente es sólo mía, y caería en el
abismo del egoísmo, como algunas de las mentes humanas que hay a mi
alrededor. La muerte individual me espera, pero no se llevará todo
lo que hay en mí. Parte de la vida que ahora vivo seguirá viviendo
después de que muera mi cuerpo. Esto no es excepcional, pasa con
todos los seres vivos, pero todos no lo saben, ni siquiera entre los
que tienen una mente racional. Incluso parece que la mayoría de los
humanos racionales no lo saben, pero al observar con lógica al
conjunto de la vida de la Tierra y de este Universo, todos y cada uno
de los humanos estamos y somos ahí. Aquí, en un momento donde
unificamos todo el tiempo, en un lugar donde unimos todo el Espacio,
junto a todos los seres que han existido, existen y existirán. No
puedo, por muy insignificante que me vea como individuo, dejar de
pensar a veces como esta máxima grandeza que también soy, Para
servirla, aún desconociéndola en su mayor parte.
Si
mi vida individual comparada con el todo es casi nada, igual seguirá
siendo casi nada por mucho que sepa, por mucho dinero que tenga o por
muy famoso que sea. Sin embargo, esta conexión lógica o racional
con el todo, es de una fuerza ética de valor incalculable. Quien
carece de ella, o cuando yo carecía de ella, me sentía perdido,
siendo presa fácil de los que manipulan ideologías políticas,
religiones u otras doctrinas. Sé poco y gran parte de lo que sé
permanece en un estado dubitativo, casi sin cimientos. Por ejemplo
soy agnóstico, es decir, no sé de otras vidas, divinas o mortales,
más allá de este planeta, pero aún siendo ignorante o dubitativo
en cuestiones esenciales de la Vida, la conexión con ella y con el
todo permanece en mí, haya o no dioses, se mejore la democracia de
mi país o se empeore, pase lo que pase. Dudo, pero no me conformo,
estudio la Evolución y, a veces, simplemente viendo el dibujo
perfecto de una tela de araña, me vuelvo deísta por momentos y
levanto toda piedra de mi alrededor buscando a los creadores
de la Vida, o al menos a los responsables de la vida en este planeta.
Porque a esa responsabilidad creo que caminan las mentes racionales
humanas en su cauce o avance por la evolución mental, y haya
existido o no dicha responsabilidad (inteligencia), creo que debe
existir o existirá.
La
actualidad es importante, pero más importante es lo que permanece
entre las sucesivas actualidades. El ahora, el momento presente, el
aquí, en este lugar, son esenciales, pero más todavía es aquello
que permanece en todo todos los ahoras y en todos los aquíes.
Es más, y es a lo que voy para concluir, noticias muy tremendas de
la actualidad mundial o de mi país son meras circunstancias desde
esta posición mental. A no ser que sea un gran asteroide que vaya a
impactar contra la Tierra y extermine a la Evolución o al 99% de
ella. Salvo estas excepciones que indican las posibilidades de
exterminio de la vida humana o de la planetaria, las grandes
cuestiones de la actualidad son como mi individualidad, casi
insignificantes por sí solas (sin unión lógica y ética a ese todo
del que hablaba). Por ello resultan dos primeras conclusiones
interesantes, una, este alejamiento de la observación ofrece una
serenidad racional e ideal de lograr el sentido común necesario para
solucionar los graves problemas actuales, mundiales o de mi país. Y
dos, más allá y más acá del largo plazo, hacia el infinito y
también hacia el medio, corto y cortísimo plazo, nuestra
responsabilidad es casi divina. La vida humana, junto a toda la
posible variedad de especies de la Evolución en este planeta, deben
continuar, debemos continuar. El legado es inmenso, y multiplicado
por el infinito mientras no se demuestre que hay vida más allá de
la Tierra. Esta conciencia de la realidad, con o sin mi realidad
individual, es la que me otorga la ciudadanía humana, y el querer
aportar con mi mente (sin importar apriori el nivel de inteligencia o
grado de conocimiento en el que yo esté) es como un “sí, quiero”,
soy ciudadano humano.
@ciudadanoNick
PD:
Procesando la Parte Segunda, una ciudadanía de conciencia buscando
el voto material.
Eres un ´´Ciudadano Humano´´ genial!! :)
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