"No
eres de Benalmádena si..." no sabes que la DEMOCRACIA REPRESENTATIVA
necesita de buena gente y que, no queda otro camino, que los partidos
políticos para que esa buena gente llegue a gobernar (el problema es que los corruptos pueden colarse por "el camino de los
partidos" y disfrazados de “buena gente”). Otra cosa sería la
DEMOCRACIA DIRECTA, donde la Ciudadanía decidiría; en este tipo de democracia, más que un puñado de buena gente, necesitaríamos muchos
ciudadanos bien formados y bien informados (educación y
transparencia). Pero la Ciudadanía no puede tomar todas las
decisiones que se llevan a cabo en un Ayuntamiento, ni votando 8
horas frente a un ordenador podría tomar todas las decisiones
municipales de un Ayuntamiento grande como el nuestro. Aún así, por
supuesto, las decisiones importantes pueden o deben ser tomadas por
la democracia directa. Así aparece recomendable una DEMOCRACIA
“MIXTA” donde se conjugue la democracia representativa con la
democracia directa. A esta democracia mixta se la conoce más como
DEMOCRACIA PARTICIPATIVA, donde las cantidades en la dosis de mezcla
determinará su calidad (no es lo mismo una ciudadanía municipal que
decide o vota sobre 2 cuestiones importantes en cada legislatura a
una que vote sobre 40 cuestiones en el mismo periodo).
Fuente imagen: modestino.blogspot.com |
Además la democracia participativa no sólo sirve para tomar decisiones políticas, también para formar personalidades colectivas. Así la gente de Benalmádena, al auto conocerse mejor, podrá vivir mejor y, como se dice en psicología individual: con plenas facultades mentales (consciente y cognitiva). Todo lo dicho hasta ahora parece un buen ideal, pero mi humilde experiencia me ha demostrado que incluso en los mejores ideales, en las mejores ideas o manifestaciones públicas, en los mejores estatutos políticos, en los mejores programas políticos y, por supuesto, en las acciones ejecutivas de gobierno y legislativas, se pueden colar arribistas y oportunistas, en definitiva individuos que se aprovechan de su cargo para “robar” o robar a los bienes comunes y municipales. Y también suelen recortar derechos, mantener o hacer opacas gestiones y cuentas, y cortar vías democráticas para que no participe la ciudadanía o las asambleas generales. Me duele no haber encontrado todavía la fórmula teórica, la estructura normativa idónea, para filtrar a los indeseables que suelen disfrazarse muy bien hasta que al final son descubiertos (y cuántos se habrán ido de rositas sin haber sido descubiertos).
Por
otro lado yo no creo en los buenos y en los malos, creo más bien que
existen momentos buenos y momentos malos en todas las personas. Pero
la mayoría de los corruptos son como consecuencia de una larga
premeditación, es decir, antes de tomar posesión de los cargos
públicos ya son corruptos en su conciencia, ya van con ánimo y
planes para delinquir. Y para éstos debería haber un modo teórico
de filtrado que los detecte, unas normas que no puedan atravesar o
manipular. Pero no las hay, tenemos que esperar que yerren, o que
exista una buena policía y buenas fiscalías anticorrupción,
incluso de buenos periodistas y de buenos ciudadanos que puedan
denunciarlo. Al final creo que, como teóricamente todavía no es
posible al cien por cien que, cumpliéndose las normas de un partido
o de un ayuntamiento: no se cuelen los oportunistas y corruptos, al
final hay que contrarrestar los personalismos negativos con
personalismos positivos.
Y
esta tierra malagueña, tanto de nacimiento como por estancia,
favorece a los grandes corazones, a los buenos carismas con
filantropía entre sus virtudes. Hay mucha o bastante gente así aquí
en Benalmádena, encontrarlas y colocarlas en los puestos con más
responsabilidades públicas es una solución, o posibilidad, que
desde 1978 hemos tenido y tenemos como democracia representativa. Y
me duele que ésta sea la única esperanza, porque todavía no
podemos acceder a una democracia participativa que tome parte en las
decisiones públicas, porque todavía no tenemos ni de lejos el nivel
o la calidad de transparencia que necesita todo ciudadano interesado
en los bienes comunes, porque todavía hay benalmadenses sin ingresos
a los que se les corta, o están en riesgo de que se les corte, la
luz y el agua. No tenemos normas ni estructuras inteligentes a nivel
público (algunos corruptos han acampado a sus anchas), sólo nos
queda la posibilidad de encontrar a un puñado de buenos individuos y
hacerlos alcalde y concejales, pero, previamente, pertenecen y suelen
ser líderes de los partidos políticos.
Así
a la buena gente (necesaria para mejorar la política) no le queda
otra que entrar en los partidos políticos para acceder a los cargos
públicos, en definitiva a tomar el mismo camino que recorren los
corruptos. Para apostar por esta buena gente o tener esperanzas en
ellos tuve que dejar de poner “sospechoso” como sinónimo de
partido político, ahora también pongo “esperanza”. Así, si
todos los partidos políticos en Benalmádena fueran llevados por
buena gente, al margen de los ideales de cada uno, esto ya sería una
victoria para mí. Algo esencial para el gran propósito, que
alguien/es así logre/n instaurar la DEMOCRACIA PARTICIPATIVA a nivel
municipal y que sea ésta quien tome las decisiones en las cuestiones
donde más corrupción pueda darse. Porque la Ciudadanía es
incorruptible, no hay dinero para comprar a la mayoría ciudadana
(hay dinero para financiar campañas mediáticas de manipulación de
la opinión pública, pero es otro tema donde la ciudadanía es
engañada, no que se deje “comprar”). La ciudadanía es
incorruptible, cuantas más decisiones importantes tome a través del
voto y cuanto más transparentes estén todos los datos, más baja
será la probabilidad de corrupción. Y mejor viviremos como
comunidad pública. :-)
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