Necesito confesar que amo
mucho a un ser de género femenino. En la calle la veo, pero me
conecto a Twitter y además la leo. Siempre es sincera, incluso
cuando aparenta lo que no es, incluso cuando miente. Es más, quiere
engañarme, lo sé. Y es verdad que otras veces, en otras calles o
entre otros soportes escritos, de video o de audio, se muestra
desnuda, impecable, débil y entrañable. La amo, aunque a veces no
me ame y me grite su dolor como echándomelo en cara. No sé vivir
sin ella, sin saber cómo está, entre qué gentes; y también, saber
de sus secretos, incluso, soñar con ellos. Es materialista y
economista, orgullosamente capitalista y míseramente pobre, muy
juntos sus extremos. Como si una barriada de chabolas estuviera al
lado de un club marítimo con embarcaciones de lujo, como una playa
paradisíaca al lado de la parte trasera de cualquier ciudad
industrial. Así besa y pega, acaricia y muerde, canta, llora,
pregunta y responde, mi amada, la Realidad Social. O así está
siendo en estos años de crisis o estafa, de conquistas y saqueos. Y
ahora en la manifestación en Madrid del 25-S, hoy #27O, o hacia esta
nueva Huelga General en este mes que entra, #14N, donde poetisas y
poetas quedan invitados a sentir y escribir lo que vean, real o
imaginario, entre pancartas y banderas.
Así y aquí mi terrible
confesión: engaño a mi amada. Sí, aunque la amo y ayudo con
firmeza, le soy infiel. Porque cuando ya no puedo más, cuando sus
modos injustos me hacen tanto daño, busco, hallo y me acuesto un
rato, haciendo el amor, con la Vida Imaginaria. Y me desahogo, sin
que Realidad Social lo sepa. No puedo evitarlo, será “pecado”,
pero imagino una Sociedad Encantadora, atractiva, siempre dispuesta a
hacerme reír y pasarlo bien. Al menos me alivio durante un rato y
puedo sonreír, mientras Realidad espera, sufriendo con impotencia,
para gritarme su dolor. Entre tanto llanto mi conciencia aparece como
sucia por haberla engañado. Necesito lavarla, aunque deba sacar
juntas de paseo a lógica e imaginación, arriesgando que se muerdan
entre ellas. Y descubro que debo decirle a mi amada que sueño con
otra, pero no me atrevo. Mejor dicho, no me atrevía, porque la
lógica ahora me ayuda y, ¿quién dice que en realidad no estoy
soñando con ella?, imaginando cómo me gustaría que fuera ella, no
otra, ella. Y tener el valor de decírselo, “así quiero que seas”,
Pero... y si me pregunta cómo conseguirlo, ¿qué lógica y puente
permite hacer realidad este sueño?, creo que la voluntad y el
conocimiento. Por ello soy miembro, activo e independiente, del
movimiento de los ciudadanos indignados, 15M ó 25S, en cualquier
movimiento democrático hacia la dignidad social, porque ahí están
voluntad y conocimiento. Y porque amo a la Realidad Social, de alma
imaginaria.
Esto referente al amor,
porque el dolor sobrepasa ya la capacidad de sacrificio y las cifras
son apabullantes. Cientos de miles de desahuciados y sin vivienda,
millones y millones en pobreza extrema, cinco millones de parados,
millones de niños discriminados por el sistema educativo, millones
de enfermos precarizados, muchos yendo a morir entre la miseria
extrema. Y después de infringirme este castigo, mi amada Realidad
Social, busca acariciarme con los Premios Príncipes de Asturias,
humanos excelentes a los que hacer ricos, famosos y reconocidos. Me
distrae con juegos en Marte, y en la Estratosfera, entre sofisticados
satélites y grandes barcos hundidos. Son variados y numerosos los
realitys mediáticos de la realidad. Y la publicidad que intermedia
anuncia nuevos y excelentes inventos, invitando o induciendo a
comprarlos. Me pega y luego me acaricia, con ella vivo un amor perro,
dirían muchos, pero no, es lo más parecido al amor Humano que he
podido hallar. Dolor y caricias de la realidad social. Y cuando estas
últimas ya no me calman, imagino una sociedad mejor. Así, entre lo
real y lo imaginado, la realidad imaginaria, ser infiel o hacer de
dos, una. Hasta que la dignidad social embellezca a mi amada, o amar
sin dolor, esta es mi causa.
@ciudadanoNick
Excelente literatura breve, mis felicitaciones.
ResponderEliminar