La Charla
Intelectual, elegante y
sexy, así de mezclada la vi sentada en aquella agradable terraza al
aire libre. Se levantó y nos besamos como amigos. Me parecía
increíble, la mujer más atractiva que había conocido hasta
entonces, algo inalcanzable para mí, allí estaba, diciéndome...
-
Bueno, ¿lo has pensado bien?.
-
Sí, tomaré café con leche -improvisé en tono burlón-.
-
Jajaja.
-
Jajaja.
Ambos reímos, buena
señal, y ello me tranquilizó bastante, pues creo que llegué unos
minutos tardes. Ya sentado miré el reloj de mano que precisamente
estrenaba en aquella ocasión, pero antes de poder excusarme por si
había llegado algo tarde, ella dijo:
-
¿Sabes qué me recuerda tu nuevo reloj?.
Nuevo, dijo ¡“nuevo”!.
¿Cómo lo sabía?, sólo habiéndome observado bien durante días
anteriores en la universidad podría sospecharlo, pero no
afirmarlo... Me “derretía” por dentro mientras sólo acerté a
responder un breve “no”.
-
Pues me recuerda que gracias a la Antigua Sumeria existen las
matemáticas sexagenales midiendo el tiempo, donde minutos y horas
terminan en la medida número sesenta.
-
Sumeria, qué buena entrada para el tema que nos ocupa, el lugar
donde se fraguó la primera gran civilización conocida que accedió
o inventó la escritura.
-
Sí, porque quizás, o además, porque es la única que ha propiciado
más literatura, ensayo y ficción sobre la visita de seres
alienígenas.
-
Cierto, por ello, antes de meternos de lleno en la charla, me
gustaría preguntarte, ¿por qué te gusta este tema siendo experta
en ciencias tan racionales como al astrofísica?.
-
¿Qué asignatura te imparto en la Universidad? -preguntó
ella sin aparente conexión-.
-
Exoplanetas y Exobiología -dije automáticamente-.
-
Pues la mitología sumeria es la primera en nombrar uno, un planeta
solitario que cada 3600 años volvía a pasar ante el Sol.
-
¡Es verdad!, ¿cómo no lo asocié antes?. Ese planeta se llama
Niburu y precisamente de ahí, relata la mitología sumeria, son los
anunnaki, los alienígenas llegados a la Tierra y con una cultura
tecnocientífica muy superior a los homínidos de aquel tiempo. Y
que, aseguran algunos que interpretan esa mitología, aquellos
alienígenas superiores dominaron y explotaron a la naciente
Humanidad.
-
Exacto, pero la cuestión inicial es: ¿crees tú en ello?
- Ni
creo ni dejo de creer, pero esa mitología es muy útil para plantear
el tema. Y sobre todo para lanzar una investigación basada en
pruebas lógicas pero dirigida por la intuición. Por ejemplo, de
haber existido los anunnaki, al menos yo, no los imagino tan crueles
y explotadores.
-
Vaya, eso es interesante, y ¿por qué no?.
- Es
difícil de explicar.
-
Inténtalo, hay tiempo, todavía no nos ha llegado los cafés, creo
que están en la barra a punto de salir.
-
Pues... Tomo como base empírica la civilización más avanzada que
se conoce, la Humanidad actual, para demostrar que la evolución de
los conocimientos tecnocientíficos conlleva un progreso ético entre
cualquier tipo de vida o especie que alcance desarrollo cerebral
propicio para una mente cognitiva.
-
Parece cierto, pero en la Humanidad actual podríamos encontrar
todavía esclavos, y que son niños trabajando en minas africanas.
Aunque progrese la humanidad también lo hace la crueldad.
-
Así es, pero hablo de una ética oficial, bien reflejada en las
leyes públicas, donde no sólo no existen esclavos, además se debe
perseguir si existen. Hablo de tribunales públicos donde puedes ir y
denunciar, y de prensa libre que pueda informarlo
-
Sí, oficialmente sí. Van de alguna manera parejos el conocimiento y
la ética general.
- Y
en la práctica, por ejemplo hay personas cumpliendo condena en las
cárceles por maltratar o torturar perros o gatos. Aunque la crueldad
se mantenga y muchas veces aflore entre los humanos menos insensibles
ante la vida de terceros, también es muy cierto que la mente humana
ha evolucionado éticamente mucho.
-
Entonces, si hubieran existido los anunnaki y se hubieran producido
explotaciones crueles hacia los humanos, ¿hubiera sido en contra de
sus propias leyes?, ¿serían sólo excepciones producidas por
delincuentes anunnakis?.
-
Podría ser. Aunque tampoco quiere decir que los anunnakis, muy
superiores en tecnociencia, trataran de iguales a los humanos de
aquel tiempo, prácticamente a animales que comenzaban un acelerón
evolutivo. Intencionado por terceros o producto del azar, pero la
aceleración se produjo.
-
Entonces eres partícipe que la norma en el contacto entre dos
especies muy distanciadas siempre conlleva un código ético digno
hacia la especie más atrasada. Así que ya podemos responder a la
gran respuesta que nos ha traído a esta cita, ¿qué haría la
especie superior si tuviera que abandonar a la especie inferior
porque vuelves para siempre a tu planeta de origen?.
- Un
gran dilema ético, porque los sumerios tenían esclavos, entonces
¿cómo tratar a una civilización tan atrasada que aún tenían
esclavos oficialmente?. ¿Esto otorga licencia para engañar la
especie superior a la inferior y contarle un cuento sobre el origen
de la Vida, o de ellos mismos y su planeta?.
-
¿Entonces el exoplaneta de los sumerios sería una invención?.
- No
necesariamente -dije sonriendo, ya que ella es una experta en
exoplanetas-.
-
No, no me importaría, sólo que agranda las posibilidades de la
verdad que en realidad se produjo en esos años oscuros de nuestra
prehistoria.
- No
sólo de la Prehistoria.
-
Vaya, eso suena interesante, mientras doy los primeros sorbos a este
café recién llegado.
Un camarero bastante
amable acababa de servir los cafés, y mientras echaba el azúcar
solté una de mis hipótesis más atrevidas, esperando que en el
fondo entusiasmara a mi querida profesora.
-
¿Sabes cuánto duraron los dinosaurios dominando la cúspide
evolutiva animal?, ciento sesenta millones de años. ¿Sabes cuánto
tiempo llevamos los mamíferos dominando el mundo animal?. Pues o
aunque nuestro antepasado común se remonta al Triásico, no fue
hasta la caída de los dinosaurios, hace 65 millones de años, cuando
empezamos a dominar la cúspide animal de la Evolución. Entonces
¿porque los mamíferos en sólo 65 millones de años ya tenemos una
especie muy avanzada tecnocientíficamente y los dinosaurios no
tuvieron ninguna en 160 millones de años de evolución?. ¿No hubo
ningún cerebro de dinosaurio (o reptiliano) capaz de albergar una
mente cognitiva?.
-
¡Qué interesante!.
-
Dijo ella mientras yo sentía que sí, que se estaba entusiasmando.
Me sentía bien y confiado con ella. Podía tocar muchos temas con
aquella mujer y en muchos estaría ella por encima de la altura. Lo
único raro era mi café en aquella afamada cafetería donde servían
las tazas con dibujos en la espuma,. pues al remover el azúcar quedó un dibujo ¡de los astros del
cielo!.
-
Sí, es una posibilidad para explicar a una civilización reptiliana
que no fuera alienígena. O también alienígena, porque tiempo hubo
para que nacieran en la Tierra, evolucionaran en este planeta y
después se marcharan para volver millones de años después.
-
Sí, el abanico de posibilidades es enorme.
-
Pero en esta posibilidad hay un detalle apasionante para mí.
-
¿Qué detalle?.
-
Pues cuando una civilización de un planeta visita a otro planeta que
alberga evolución o vida, nunca es igual o mejor la vida allí que
en el planeta madre. Porque no hay dos planetas iguales, es muy
difícil o casi imposible que los haya por medio natural. El
visitante se encontraría siempre con un planeta de mayor o menor
masa, o con gases en su atmósfera no iguales a los de su planeta
madre. La fuerza de la gravedad sería diferente y eso a la larga
daría problema a sus esqueletos evolucionados y adaptados para otras
condiciones. Y aunque hay que contar con la adaptación, y más si se
cuenta con recursos (por ejemplo trajes de astronauta), nada es igual
que sentirse al aire libre en el planeta madre.
-
Huy, pareces como si lo hubieras experimentado, ¿no serás
extraterrestre?.
Reímos mientras yo
afirmaba que no respondería esa pregunta para endulzar con algo de
misterio aquel encuentro. Y volvimos a reír.
-
Volvamos a la respuesta que nos ha traído aquí.
- En
el hipotético caso de una partida para siempre de la civilización
superior hacia su planeta de origen, querrían ir todos, entonces
¿cómo de sola quedaría la especie inferior?. Otra prueba más de
que no eran malos, porque si ello ocurrió con los hipotéticos
anunnaki una cosa es clara: no exterminaron a la especie inferior, la
prueba es que estamos vivos y evolucionando.
-
Entonces... si fueron o eran buenos desarrollarían una ética para
asegurar la supervivencia de la especie inferior que tanto les ayudó
en sus propósitos de viaje o estancia terrícola. Pero cómo.
-
Hay una manera lógica.
-
¿Cuál?, no termino de verla, pues todos los anunnaki se irían,
ninguno querría quedarse.
-
Pues hay una, y se llama inteligencia artificial.
-
¿Un robot vigilando y protegiendo a la Humanidad?.
-
Bueno, dicho así parece ficción total.
-
No, al contrario, parece muy interesante, ¿cómo lo habías
pensado?.
-
Porque es muy difícil vigilar o proteger a una especie inferior por
seres que no fueran inmortales o donde todos quisieran irse a su
planeta madre. Podemos encontrar seres que vivan hasta miles de años,
pero seres inmortales sería casi imposible. A no ser que tratemos
con un ser artificial con capacidad de fabricar y cambiar todas sus
piezas, entonces un ser así podría durar mucho tiempo.
-
Suena a un dios inmortal fabricado o creado por dioses mortales.
Porque así, aún estando negados a la inmortalidad, sus
conocimientos podrían ser inmortales y sus personalidades
individuales podrían ser recordadas siempre. Suena apasionante.
-
Sí, sobre todo a la hora de preguntarse: ¿qué consignas, normas o
leyes grabo en este ser artificial, qué órdenes le dejo para él
mismo y para la especie inferior que siempre estará protegiendo?.
Además de cómo hacer para que ese robot, en su evolución, no se
revele contra sus principios o órdenes básicas. Y sobre todo una
pregunta que siempre está en las ondas de fondo: ¿es la propia
Evolución en la Tierra, ya que posee una programación inteligente
en todos sus genes (al menos en la práctica), una forma de
“inteligencia artificial” con proyección infinita?.
-
¡Waooo!... ¿Quieres cenar conmigo esta noche?.
Ambos volvimos a reír. Y
respondí.
-
¿Me llevarás a una sabrosa comida en un agradable comedor?
- Al
mejor, pero lo importante no será la comida o el lugar, sino el
secreto que te revelaré durante la cena.
-¡Waooo!
-dije yo ahora-. ¡Vamos!.
Y ambas sonrisas
alargaron su tiempo, dulce y cómplice silencio...
FIN
Pd:
Que si salgo cuerdo y vivo de esta noche, relataré “la Cena”,
para un próximo post.
Felicidades Nick!!
ResponderEliminarUna historia increíble capaz de mezclar relaciones, historia, ética, hipótesis interesantes, astrología... todo en un relato breve.
Esa duda ante una posible relación, o lo que surja le da un toque de interés, desprende sensualidad, sutileza, belleza pero nos deja ver todo lo demás.
El fondo, una hipótesis interesante, que por lo menos en mi caso, una de las cosas en que me ha hecho pensar: la ética crece con la evolución y la crueldad también?
Es necesaria siempre una ética colectiva y una democracia del conocimiento, del saber, que nos permita evolucionar en conjunto no sólo individualmente.
En definitiva, gratamente sorprendida, deseando conocer como continua.
Un beso /;-)
Gracias, Morbihan. Para mí el tema es apasionante, quizás porque sea agnóstico puedo permitirme barajar posibilidades sobre la existencia de alienígenas en el pasado humano. Y la literatura de ficción es un buen recurso para desarrollarlo. He querido mezclarlo (aunque tampoco me he esmerado mucho) con el amor de pareja, más basado en la ética que en la estética. Ambas muy deterioradas en la mayoría de películas que tratan la posible vida alienígena. Es curioso que ese cine dibuje especies alienígenas muy superiores a la humana... menos en cirugía estética, apareciendo monstruos o seres feísimos (jajaja). Y al mismo tiempo aparecen los alienígenas escasos de ética y sólo quieren exterminar a los humanos y colonizar la Tierra. Menos mal que quedan benditas excepciones en el cine cuando tratan la posibilidad alienígena, como la película Contac (de Jodie Foster).
ResponderEliminarBesos
/;-)