Intento escribir para
enriquecer mi conciencia crítica al servicio de las comunidades
civilizadas donde me siento parte. Y no es que yo posea una sabiduría
destacada, qué más quisiera. Como individuo en mi vida privada soy
un desastre, conservo dignidad pero poco más. Me cuesta mucho
disciplinarme (quizás porque ya lo estuve demasiado tiempo), no
sirvo para ser portavoz o coordinador de Podemos Benalmádena, de cualquiera de sus Círculos, o de cualquier otro
partido; y menos aún sirvo como representante con poderes en asuntos
públicos. Voy mucho a mi bola y me encanta la tranquilidad. En plan
individualista cualquiera que quiera competir conmigo me gana al
instante. Pero curiosamente este defecto me concede alas, y
puedo volar más libremente en el cielo democrático, y
de tanto volar a veces o raras veces veo algo bueno, ésta es mi
pequeña cualidad y por ella escribo sobre asuntos públicos. Cuando
me conecto a los círculos de los seres colectivos donde soy o somos
suelo o quiero comportarme como un buen ciudadano, con ello tengo
bastante. Así en esta serie de artículos, donde este post es el
tercero, voy escribiendo mi acercamiento y contacto con Podemos. En
la parte primera me expliqué yo (Podemos y yo I), y expuse
mis argumentos principales como ciudadano democrático. En la parte
segunda se explicó Podemos, con el documento/borrador sobre los
principios organizativos del partido.
Podemos y yo II:
http://elalbumcitohablador.blogspot.com.es/2014/07/podemos-sobre-los-principios.html
Y ahora, en esta tercera
parte o post, comienzo a cotejar las ideas de ambos. Un viaje de
ellos y yo a nosotros. El primer punto sobre los Principios
Organizativos de Podemos, nada más y nada menos que el primero,
puede dividirse claramente en dos conceptos:
A.
PODEMOS es una organización política orientada a promover y
defender la democracia y los Derechos Humanos en todos los ámbitos
de la sociedad.
B.
PODEMOS se organiza de manera democrática y fomenta el debate y la
participación abierta, respetuosa y directa de todos sus miembros en
la toma de decisiones de la organización.
Como vemos, ambos
conceptos casan claramente con mis principios expuestos en el post
“Podemos y yo I”. Y este primer e importante punto del decálogo
de los principios del partido es suficiente para poder afiliarme y
sentirme uno más en el círculo general de Podemos. Promover y
defender la democracia y fomentar el debate y la participación
abierta, respetuosa y directa en la toma de decisiones de la
organización. Para mí claramente es la senda para la evolución o
progreso de la política democrática.
No obstante, una vez
subido al carro de Podemos, no puedo obviar un deseo en el preámbulo
del documento o “primer
borrador de carácter general” donde: “empezar
a discutir entre todos y todas, con carácter enteramente abierto y
participativo, los principios y los planteamientos organizativos que
queremos”. Aquí me
permitiré una pequeña licencia para interpretar la palabra discutir
como aportar. Así Podemos nos invita a discutir, participar,
aportar, incluso cambiar o reformar algo del proyecto básico (el
borrador de principios), antes de convertirse en proyecto de
ejecución y presentarse como Estatutos a votación para entrar en
vigor.
Estamos,
o así me siento yo, ante el proceso constituyente de un nuevo
partido político. Si hay que ser “fino” a la hora de “hilar”
este paso evolutivo de la política democrática, es ahora cuando más
hay que intentarlo, ante este borrador. Por ello es conveniente
motivar la participación provenga de donde provenga, sin importar
apenas el individuo que la emita, el fin es servir a la inteligencia
democrática y colectiva que pretendemos crear. Y es precisamente en
esta potencial inteligencia colectiva donde yo me atreverá a
aportar, mejor dicho, a re-aportar. Porque sería casi repetir los
principios que aporté en “Podemos y yo I”.
Para
mí, creo con lógica rotunda y beneficiosa, si un grupo o círculo
de ciudadanos se dedica a votar mucho sobre muchos temas, aportando
opiniones y/o decisiones, tarde o temprano, los escrutinios
resultantes comenzarán a trazar el perfil de una personalidad
colectiva. Y muy singular, porque resultará única e
irrepetible, y con la posibilidad de diálogo inteligente, a la que
podemos preguntar y, después de reflexionar democráticamente, podrá votar
y pronunciarse; como un diálogo democrático e ideal entre los
individuos y el colectivo que forman. Hoy por hoy cada ciudadanía
representa un círculo democrático donde su personalidad consciente
permanece como una gran desconocida que hay que ir conociendo. Este
es un destino lógico o “natural” de la participación
inteligente entre grupos de ciudadanos democráticos. La mente
colectiva (ramificada y enraizada en todo individuo participante)
del círculo democrático, el máximo poder dentro de la democracia
al que ya es hora o época, de hacerlo sabio.
Los
puntos 3º y 4º son principios básicos en toda democracia que se
precie. Sin embargo, el punto 5º sí es importante de destacar:
5º.
En PODEMOS, cada persona tiene derecho a un voto. El peso de todos
los votos será siempre el mismo, con independencia de cuál sea su
origen, territorio, nacionalidad, edad o confesión. El voto de
ningún miembro podrá contar más que el voto de otro.
Una
importante novedad: no importa la nacionalidad. Conseguir esto sería
establecer un espacio democrático (sin autoridad pública, los
partidos políticos no tienen autoridad pública, aunque sus líderes
puedan tenerla por haber ganado elecciones) o conceptos de
convocatoria, orden del día, votación y escrutinio SIN EXTRANJEROS.
Así caso doblemente con Podemos (ver primer párrafo de Podemos y yo
I). Además el máximo órgano, la Asamblea General (Asamblea
Ciudadana Estatal), queda establecida por individuos, no por
reuniones de círculos menores como Comunidades Autonómicas,
Provincias o Municipios, o sus representantes. En cierta manera no es
una “federación” basada en la unión de representantes o
portavoces de círculos menores. Y así cualquier afiliado a Podemos
tiene acceso directo al máximo círculo o institución democrática,
sin intermediar provincias, comunidades autonómicas o ayuntamientos.
El
punto 6º del decálogo de principios organizativos indica la
paridad, como debe ser para eliminar cualquier rastro de desigualdad
por sexo que pudiera existir. El 7º establece los círculos como
unidad básica e invita, como fundamento, a la participación, al
debate y a las colaboraciones. Aspecto que justifica éste y los
anteriores artículos de este blog. El punto 8º, siendo tan claro y
específico, contiene unas “entre líneas” preocupantes:
8º.
La elaboración de los programas electorales, la confección de las
listas de candidatos y candidatas a los órganos de representación
institucional, la elección de portavoces o de miembros de los
Consejos Ciudadanos de PODEMOS se llevará a cabo siempre de manera
abierta a todas las personas que componen PODEMOS en el ámbito
territorial correspondiente. Se abrirán siempre procesos de debate
ciudadano sobre los contenidos de los programas y se utilizarán las
formas refrendarias abiertas y ciudadanas para la selección de
candidatos concurrentes a las elecciones.
Aquello
que reivindicaba gran parte de 15M, la horizontalidad, no casa bien
con “candidatos recurrentes a las elecciones” o con “órganos
de representación institucional”. Por mi parte ya en el libro “El
Parido ideal, 2011” expuse la imposibilidad de llegar a la
horizontalidad total. Incluso en la llamada Democracia Directa de la
antigua Atenas, elegían estrategos, magistrados, administradores y
tesoreros (unas veces por sorteo y otras por voto). Y no sólo esto,
además entrar en un sistema democrático basado en representantes,
aunque se pretenda cambiarlo, obviamente se debe entrar como
representantes, de ahí la necesidad en formar listas de candidatos
como cualquier otro partido político que opte a gobernar. El
problema para mí radica en si estamos ante una medida provisional
hasta mejorar la democracia y esta Constitución, o es definitiva, en
cuyo caso habría mucho que aportar y razonar en beneficio de la
mentalidad colectiva de la ciudadanía y su crecimiento. Cosa no
satisfactoria para para mi consciencia democrática.
Sobre
el punto 9ª, antes de nada, quiero decir que cuando se escribe:
“Corresponde a la
Asamblea Ciudadana Estatal, o los órganos en los que delegue...”
es un error. La Asamblea Ciudadana Estatal no debería delegar nada,
puede nombrar portavoces, incluso diplomáticos para negociar en su
nombre, pero después lo negociado u acordado debe ser refrendado por
al Asamblea Ciudadana. De otra manera se rompería el concepto de
mentalidad colectiva e inteligente, para mí esencial o como objetivo
natural de la Participación. Si la Asamblea General delega en un
grupo de 20 o de 80 y éstos eligen un portavoz, coordinador o
representante principal, volvemos a las mismas, que unos pocos puedan
dominar a muchos. Sin embargo destacar que en los inicios sí puede
ser beneficioso que el grupo promotor (en este caso liderado por
Pablo Iglesias) puede tener margen para establecer la estructura más
idónea para Podemos, para que después todos puedan participar y
donde siempre la Asamblea Ciudadana Estatal tenga el máximo poder y
la última decisión. Así pasar de:
Corresponde
a la Asamblea Ciudadana Estatal (es decir, a todos los miembros de
PODEMOS) o a los órganos en que delegue,
la toma de decisiones que afecten al conjunto de PODEMOS.
a:
Corresponde
a la Asamblea Ciudadana Estatal (es decir, a todos los miembros de
PODEMOS) la toma de decisiones finales que afecten al conjunto de
PODEMOS.
Y
para cerrar este post e invitar al siguiente, el Punto 10º es como
una invitación a reflexionar sobre las bodas entre las
llamadas herramientas presenciales
y las herramientas informáticas o
telemáticas. Es como si apareciese un tercer invitado al
título de esta serie de artículos: La Red Internet, Podemos y yo.
;-)
@ciudadanoNick
.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.
Anexo:
Documento en archivo PDF Sobre los principios organizativos de
Podemos:
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