Sobre septiembre de 2012
La crisis es
resultado de algo más importante. Una crisis puede ser producto de
un error, de una mala gestión, de circunstancias inesperadas, de un
plan oculto, por fuerza mayor, etc. Si la lectura me permite la
metáfora es como si estuviéramos ante un paciente con la mitad de
su cuerpo quemado, alguien enfermo que por supuesto hay que ir
curando, donde también es fundamental saber porqué se quemó y, en
consecuencia, depurar responsabilidades y hacer justicia. Saber
porqué y cómo se quemó puede ser incluso crucial para curarlo
mejor. Sin embargo, en esta tremenda crisis que padece España,
Europa y gran parte del mundo (concretamente sus clases sociales más
desfavorecidas) sólo preocupa curar al enfermo de una manera
ilógica. Por ejemplo, si hace falta crear empleo, en vez de
fomentarlo, incentivarlo y financiarlo: se facilita el despido,
creando más paro. En otras palabras y para cerrar la metáfora, es
como si al hospital (Gobierno) llega un enfermo con la mitad de su
cuerpo quemado y al cabo de un par de años tuviera tres cuartas
partes de su cuerpo quemado. Sería ilógico y, por supuesto, la
Dirección del hospital quedaría profundamente cuestionada.
Así el
actual Gobierno de España es cuestionado muy seriamente, no por la
#PrimaDeRiesgo, sino por
algo mucho más importante, por el Pueblo que lo ha votado. Muchos
piensan que la crisis es en realidad la tapadera de una #GranEstafa,
el argumento disfrazado de una necesidad imperiosa para empobrecer a
la mayoría de españoles, europeos (preferentemente del sur) y
humanos de otros continentes. Si ello fuera cierto saber porqué
sería un conocimiento tan serio que incluso podría dar #Miedo.
Y lo peor de todo, donde el Gobierno colabora, mejor dicho, los
últimos dos Gobiernos (PSOE y PP) han colaborado con los intereses
ocultos de la “Crisis”, bien por ignorancia (cómplice
involuntario), o bien por asociación consciente (cómplice
voluntario). Pero al margen de este aspecto tan importante, existe
otra cuestión mucho más trascendental: ¿por qué lo permite la
Democracia?, o mejor argumentado, ¿por qué lo permite el Pueblo?.
En síntesis la crisis, sea disfraz o no, hace que nos cuestionemos
nuestra propio modelo democrático, por necesidad social y vital.
Dentro de
las denominadas “Democracias Europeas”, y desde las luces
de esta edad contemporánea del siglo XXI que nos alumbran, es
inconcebible admitir una práctica social donde millones de españoles
sufran escasez de necesidades básicas. No sería un Estado solidario
en sus cimientos, la base de toda democracia que se precie. Por
ejemplo, hace poco el Gobierno y su mayoría parlamentaria decretó
que todos los funcionarios perderían la próxima paga extra de
Navidad. Es una cantidad tremenda de dinero, pero no irá a parar a
los españoles que tienen cero ingresos al mes, que son millones. Me
atrevería a asegurar que el 90% de españoles no sabe a dónde irá
ese dinero. Dicen que es para pagar los intereses de la deuda, o de
la deuda, es decir, acabará en paraísos fiscales o en grandes
fortunas extranjeras, o españolas pero en el extranjero. Tampoco en
el extranjero pobre o entre pobres extranjeros, no, sencillamente ese
dinero se “evaporará” y se perderá la pista. Y las excusas que
nos ofrecen son llamadas “prima de riesgo”, “intereses de la
deuda”, “deuda privada y deuda pública de España”, etc.
No somos tontos, cuando saldar una deuda económica implica hambre o
falta de medicamentos para el que la paga (en este caso el Pueblo
español) es ilegal, a todas luces de justicia, para cualquier
tribunal nacional o internacional que lo pese en la balanza de la
razón. Por citar un simple ejemplo, ninguna sentencia puede implicar
el total de la nómina de un moroso para saldar su deuda, primero el
juez establece el dinero que el moroso necesita para vivir dignamente
y el resto, sólo el resto, es lo que embarga para saldar la deuda.
Esta
“lógica” de la prima de riesgo o de los intereses de la deuda no
nos sirve, porque si aceptamos estas reglas indignas del dinero
financiero para medir nuestros recursos, toda democracia que acepte
este obligado orden flamélico, sencillamente es estúpida. Tanto que
no puede impedir ser engañada descaradamente por los candidatos a
gobierno. Tan estúpida que sólo dos ciudadanos (presidente y jefe
de la oposición) pueden cambiar la Constitución de todos. Hay que
conseguir una democracia española que no sea estúpida, a ser
posible una democracia más inteligente, o simplemente inteligente.
¿Cómo lo hacemos?. Primero, antes de nada, trazar el círculo, con
gruesa línea, de los ciudadanos y ciudadanas democráticos/as
españoles. Los que queden fuera no podrán ayudar, todo lo
contrario, intentarán evitar una mejora de la democracia soberana.
Después dejar bien claro el Ideal base, y no confundirlo con una
opción ideológica dentro de la democracia. El Ideal es la
Democracia, mejorar el Ideal es mejorar la Democracia. No estamos
construyendo o trabajando para un nuevo y mejor gobierno de turno
democrático, no, es más fundamental y crítico lo que hacemos.
Estamos construyendo una democracia mejor, que no pueda ser engañada
o manipulada por la mala economía. Y en esta labor común todos los
ciudadanos y ciudadanas demócratas son necesitados.
Este es
nuestro poder, inmensa fuerza al que ningún ejército puede vencer,
la unidad de todos los ciudadanos democráticos. Por ello será el
centro de los ataques de todos los antidemocráticos, dividirnos para
vencernos por separado. Los totalitarismos, tanto de derechas como de
izquierdas, acechan. Este peligro o amenaza a la Democracia hay que
resolverlo porque es vital para las libertades de todos nosotros.
Personalmente, cuando me encontraba en la tesitura de defender a este
colectivo fundamental, el de la democracia española, solía decir
que en ese momento no era de izquierdas ni de derechas. Y claro,
recibía duras críticas de las posiciones más radicales o
profundamente partidistas. ¿Me explicaba mal, me entendían mal o me
querían entender mal?. Opté por lo primero, yo me explicaba mal,
así decidí investigar y elaborar mejor la síntesis de la tesis
esencial de la democracia, que es ofrecer el gobierno público a los
ciudadanos democráticos. ¿Cómo podía definirme a mí mismo como
uno más dentro de este círculo de los ciudadanos democráticos
españoles?.
Ya no digo
desde esta poción democrática y pura a la que siempre aspiro, que
“no soy de izquierdas ni de derechas”. Ahora digo todo lo
contrario: “soy de izquierdas y soy de derechas”, porque
ahora mismo estoy defendiendo una democracia donde las izquierdas y
las derechas tienen cabida, deben tener cabida, y tendrán cabida.
Porque es a la Democracia a quien han engañado, han manipulado y
están sometiendo, por lo tanto corresponde a este círculo de la
ciudadanía democrática española responder y defenderse, no a otro
círculo, sino a éste. No se puede pedir una parte de la Democracia,
se toma toda o se deja toda. No quiero una democracia de derechas, no
quiero una democracia de izquierdas, quiero una democracia más
inteligente a la actual, con todas las ideologías políticas que
admitan a la democracia como modelo de Estado, dentro, formando
partidos y pidiendo votos, para que gobierne la opción más votada.
Mi principal ideología es la Democracia y mi segunda ideología,
dentro de la democracia, para elegir gobierno de turno, es
apartidista hasta hoy, y podría votar a uno u otro partido
dependiendo más del programa electoral y de las circunstancias
políticas que de la ideología fundadora del partido.
Admito que
por mis ideas particulares a favor de la Renta Básica Universal, de
una participación inteligente de la ciudadanía en las labores de
gobierno, y de otras ideas similares, se me considere “de
izquierdas”. Pero no estoy en contra de la propiedad privada, y una
vez exista una pobreza digna, que los más talentosos o los más
trabajadores, tengan más o sean más ricos, pero que ya nunca la
pobreza pueda humillar indignamente a ningún ciudadano. Para mí y
ahora, cualquier ciudadano democrático español puede levantar la
“bandera” del #15M
(“bandera” entre comillas porque no tiene) y salir a la calle y
exigir una democracia digna y mejor. La indignación pública y
social, razonada, profunda, mayoritaria, no es un partido político,
no es una ideología, es la esencia de la Democracia, el Pueblo,
representando el último estadio democrático de la política
democrática antes de desaparecer. Por ello es el primer estadio para
reaparecer, con una nueva política democrática, otras y mejores
reglas fundamentales de la Democracia. Porque algo queda claro, esta
que tenemos ahora (gravemente enferma) no nos sirve, está
permitiendo que hundan en la miseria económica a millones de
españoles. Necesitamos una Democracia mejor, la historia reciente
puede mostrarlo y decirlo más alto, pero no más claro.
¿Cómo
defender este modelo democrático (Bipartidista y sin participación
entre las Generales) que no ha sabido o no ha podido defendernos?.
Pues mejorando, para que sepa y pueda, no hay otra dentro del sentido
común. Así entiendo yo a las manifestaciones de #15M,
ciudadanos españoles exigiendo una mejor democracia que impida la
miseria social como la que nos atenaza. Pero manifestando y exigiendo
dicha dignidad democrática de una manera contundente, dentro de la
legalidad y de la paz. Plantándose en un lugar público simbólico o
muy simbólico (¿y qué mejor lugar que en las calles aledañas al
Parlamento cuando hablamos de una democracia parlamentaria?) de
manera indefinida y bien visible. Es una opción muy democrática
este derecho a “tirar de orejas” a nuestros representantes en el
Gobierno... y es muy inteligente, porque pocos gobiernos aguantarían
mucho tiempo sin convocar elecciones anticipadas. Y por ser una
medida seria, severa y tan inteligente debe ser distorsionada por los
antidemocráticos, desprestigiada, entregada al oportunismo, a la
confusión, incluso siendo criminalizada y condenada de antemano. Y
ello está pasando, se está intentando o se intenta, con el #25S.
Asaltar el
Parlamento es un golpe de estado, estoy de acuerdo, y nunca
participaría en una acción así. Pero si sólo se quiere ocupar las
calles aledañas, para protestar o acampar (como en #Sol)
NO ES UN GOLPE DE ESTADO. Es un derecho que tienen todos los
ciudadanos en toda vía pública, más aún es derecho de aquellos
próximos a enfermar por escasez de medios, para morir por ello, para
no meterse a delincuentes simplemente para sobrevivir. No estaría
mal revisar las penas impuestas por delitos o faltas flamélicas (ver
#Gordillo), pues van a
aparecer muchos con este Gobierno que no padece ni llora por dejar
abandonados en las calles a humanos enfermos (inmigrantes), o de
condenar a millones de españoles a vivir con ingresos cero. A la
hora de pensar en delincuentes no está mal empezar a evaluar a
aquellos que propiciaron esta crisis, a los que escaparon con las
manos llenas, y a los que impiden que la Justicia llegue al fondo de
la cuestión. No somos perros hambrientos, somos ciudadanos españoles
forzados al hambre, a un Estado flamélico en que nos encontramos más
de lo que creemos, porque también demanda frutos de la Justicia.
Hambre de más democracia, de más justicia y de suficiente dignidad
social.
Dicho esto,
como ciudadano democrático participaré en el #25s,
saldré a la calle expectante, pacífico y con legalidad,
manifestando y exigiendo la dimisión del Gobierno y la convocatoria
de unas Elecciones Generales nuevas. Y al gobierno resultante
demandaré una mejor Constitución Española, con todos los procesos
constituyentes que ello conlleve. Donde por ejemplo, de una vez por
todas, la ciudadanía española pueda elegir libre y maduramente, si
quiere monarquía o república, ambas opciones, por supuesto, dentro
de la Democracia, mi Ideal. Y aceptaré todas y cada una de las
decisiones de la mayoría de la ciudadanía general española (no de
los que dicen hablar en su nombre, ni siquiera de sus representantes
políticos, sino de la votación directa de dichas mayorías), y
aprenderé a caminar entre ellas porque es el camino de mi Ideal.
Hagamos campaña por la dignidad social, o acampada ciudadana, y
después que ganen los mejores, no los que mejor mienten, sino los
que presenten una mejor democracia española, digna e inteligente.
Gracias.
#ciudadanoNick
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