viernes, 25 de diciembre de 2015

Habla de nuevo, 2016

Soy pobre, cumplo uno de los primeros requisitos de la religión cristiana y de algunas más. En realidad no soy religioso y soy rico, pero lo entrego casi todo y me quedo sólo con lo suficiente. Al poco tiempo vuelvo a ser rico y otra vez entrego casi todo, y así vivo, entre pobreza y pobreza económicas y riquezas de la conciencia con la bondad del conocimiento. En realidad escaso conocimiento, no en vano soy un simple humano del siglo XXI. Trato de compensarlo con bondad y así me atrevo a pronunciar su nombre o concepto: "bondad del conocimiento". Pero estoy empezando, soy nuevo. ¿Acaso existe alguien viejo en un tiempo nuevo? Un tiempo nuevo, de eso quería hablar, desde la pobreza, sin intereses añadidos. Sólo para nuevos. Porque ya sabemos qué dijeron los viejos pasados, ahora requerimos saber qué vamos a decir los nuevos. Y con bondad, directo a la felicidad, habla de nuevo; y feliz año 2016.
Novatio. Animus novandi.

jueves, 24 de diciembre de 2015

En cuerpo o alma

Las numerosas caras humanas con expresiones de fiesta que hay a mi alrededor me han convencido para que también celebre este nuevo solsticio de invierno. La Tierra y toda la vida que contiene se lo merece. El Sol se aleja para dejar paso al frío, pero no se va del todo y promete volver. Así el Medio Ambiente alcanzará de nuevo el estado adecuado para ofrecer vida favorable a todas las especies de la Tierra, por ello brindo. Y un nuevo año traerá mejor conciencia terrestre a la mente humana, ojalá siendo un faro que aprenda pronto a guiar bien esta nave de vida ante un Espacio aparentemente desierto. Dicho esto, os deseo a todos unas felices fiestas en la compañía (en cuerpo o alma) de vuestros seres queridos. Y mi símbolo elegido para ilustrar esta felicitación navideña van a ser tres palabras con dos significados: árbol de frutas. ¡Felicidades!