sábado, 31 de diciembre de 2016

Seduciendo a la estadística


Más allá de mil y una noches

No soy mucho de números, a no ser que indiquen niveles de calidad, pero comprendo que en algunos campos o temas resulte importante la cuantía. Aprovecharé que la estadística no sólo es el cálculo para la clasificación de posibilidades en base a las unidades producidas sobre un tiempo acotado, sino que además la estadística sirve para llegar a conclusiones a partir de los datos numéricos extraídos. Conclusiones razonadas, esto sí interesa, más que a mí, al propio blog y sus lectores (entre los que me incluyo).

jueves, 29 de diciembre de 2016

Flores del Cielo


No sólo existen flores en la Tierra. Porque una leyenda sideral afirma que existe un árbol mágico en algún lugar del Cosmos. Las memorias más antiguas registran su nacimiento en un lejano planeta llamado Mesa, donde este ser extraordinario desarrolla poderes especiales. Siendo el único árbol de todo el Universo que atraviesa su propia atmósfera. Su altura es magnífica. Dicen que son los vientos quienes sujetan al largo tronco mientras sus bifurcaciones o ramas se balancean en perfecto equilibrio. Hasta dicen que todo el árbol parece danzar entre los silbidos del aire veloz. Una vez cada mil años la rama más alta atraviesa la última capa atmosférica y, a gravedad cero, nace una flor en el cielo. No ocurre en otro lugar o tiempo, sólo en Mesa. Y así, cada ciclo milenario, una flor de Mesa esparce su polen por el Cielo y siembra vida por toda la galaxia, a merced de los vientos siderales que atraviesan el Universo.

domingo, 25 de diciembre de 2016

Navidad o solsticio


¿Qué celebra en Navidad un agnóstico como yo? Primeramente creo celebrar que pertenezco a una especie con mente/alma (aunque a veces dudo de celebrarlo, sobre todo cuando mente/alma no significa necesariamente hacer el bien). Puede sonar raro que en Navidad celebre que pertenezco a una especie con mente/alma, o racional, como suele decirse, pero tengo razones, valga la redundancia. Y para ello escribo este breve post, para explicar esta lógica a mis compañeros lectores.

viernes, 23 de diciembre de 2016

La sonrisa de Hermes III


Cómo los dioses, inmortalizados en un reino absoluto llamado Olimpo, permitieron la democracia entre los mortales del sexo masculino. «Por la belleza de la sabiduría», sería una bonita respuesta. Entonces, insistamos: ¿cómo los dioses, bajo el reinado y patriarcado de Zeus, permitieron votar a las mortales del sexo femenino? Porque la mitología griega relata que las mujeres pudieron votar en una ekklesia o asamblea paritaria cuando Atenas nacía como ciudad y buscaba protección divina. Las mujeres atenienses votaron... Hasta que la violencia de Poseidón puso en riesgo a toda la ciudad y sólo hubo una manera de aplacarlo: que las atenienses dejasen de votar. Así explica la mitología la anulación del derecho al voto femenino en el gobierno de la ciudad. Y las mujeres no pudieron votar durante unos tres mil años, desde la Antigua Grecia a la Nueva Zelanda de finales del siglo XIX (1893). Como un viaje en el tiempo desde la mitología a la política por el camino de la filosofía: amando el conocimiento.