miércoles, 18 de septiembre de 2019

Reloja Luna 2019

Medio siglo y contando


En plena confianza voy a escribir un cuento particular donde no necesitaremos ficción porque ocurrió en la realidad. Sin embargo requeriremos imaginación, indispensable para leer cualquier relato. Propongo imaginar una historia real para celebrar y motivar a la igualdad entre escritores, escritoras, lectores y lectoras. Muchos siglos han sido necesarios para disfrutar de esta presunta Igualdad entre mujeres y hombres, al menos en la historia llamada Occidental. Presunta igualdad porque todavía queda mucho por hacer. Podríamos hablar de una igualdad oficial o legal, junto con el voto de la mujer, conseguido a finales de siglo XIX en Nueva Zelanda y Australia, pero en Europa (en gran parte) se necesitó un bien entrado siglo XX para que la mujer comenzara a sentirse independiente. El relato debe llegar, pasar o nacer por allí, en la Nueva Zelanda de 1893, e ir enlazando datos históricos. Porque dicen que para un cuento es necesario una trama y para una trama, personajes. Habrá que entramar o enlazar a alguien, al menos algo, sugerente y surgido en aquella época entre siglos. Convocamos un dato real, histórico y contundente. Apareciendo un objeto como sujeto protagonista de la trama, pretendiendo ser el héroe del cuento y viajar por la historia hasta la Ítaca presente. No queda otra, presentamos el reloj de muñeca (o reloj de pulsera). 

miércoles, 4 de septiembre de 2019

Pacto de novela

Al programa de radio El Faro, presentado por Mara Torres 
Del día 5 de septiembre de 2019 a las 1:30 horas.


El Pacto es un concepto maravilloso. No debe despistarnos su artículo masculino, símbolo de la fuerza bruta en la prehistoria y de mucha historia hasta la actualidad. Porque el pacto requiere una manifestación previa de inteligencia abierta a la capacidad de negociación y a la astucia, símbolo femenino. Toda su existencia se basa en una acción anterior, cuando por deseo o necesidad se plantea eso de "vamos a pactar" o "esto hay que pactarlo". Así el pacto no puede existir solo, necesita de un planteamiento inicial de acudir a un encuentro donde interactuar con los valores de dos o más partes. Con este preámbulo "pacto" proviene de la palabra latina "pax", el fin de la guerra, cuando la victoria total no es posible o no interesa. En definitiva el pacto siempre modifica una situación anterior, aunque sea el mero hecho de continuarla o de mantenerla. Por ejemplo el matrimonio, uno de los pactos extendidos a todas las culturas humanas, donde de la soltería se pasa a la vida en pareja, pudiéndose pactar de nuevo para conmemorar los veinticinco o cincuenta aniversario.

domingo, 4 de agosto de 2019

El cielo mágico


Érase una vez en una tierra muy lejana que se encontraban tres hermanos. Desde muy pequeñitos perdieron a su madre y quedaron huérfanos. El hermano mayor se hizo cargo de sus hermanos que, a su vez, eran muy trabajadores. Todas las mañanas cuando cantaba el gallo el hermano mayor se despertaba para hacer el desayuno a sus hermanos menores. Mientras sus dos hermanos desayunaban, el hermano mayor siempre subía a lo más alto de una montaña vecina para hablar con su mamá. Él se decía a si mismo que, cuanto más cerca estuviera de la cima de la montaña, más cerca estaría de su madre.

martes, 25 de diciembre de 2018

¿Que si llevo roto el corazón?



Se rompe tanto mi corazón que ahora comprendo porqué se expande el Universo. ¿Acaso la célula, de la que descendemos todos los seres vivos, pudo estar mucho tiempo sin romperse o dividirse? Sí, el amor puede romperse y, en vez de destruirse, cobrar más fuerza. Porque el tiempo expande al amor como un crupier reparte cartas infinitamente. Cuando acaba la mesa lanza cartas al aire, al suelo, a otra gente, no puede parar de repartir. El fuego, el hielo, la luz, la oscuridad, lo seco, lo mojado, lo alto, lo bajo, lo sano, lo enfermo, lo nuevo, lo viejo, lo pobre y lo rico, todo, recibe cartas de amor donde viven los crupieres, donde pasa el tiempo.

domingo, 24 de junio de 2018

Manifiesto Humanista 2000


Quienes firmamos el Manifiesto Humanista III (o 2000) no estamos de acuerdo necesariamente con cada una de las proposiciones contenidas en él. Aceptamos, sin embargo, sus principios fundamentales y lo ofrecemos en orden a articular un diálogo constructivo. Invitamos a otros hombres y mujeres que representen otras tradiciones a que se unan a nosotros para trabajar por un mundo mejor en la sociedad planetaria que está emergiendo en este nuevo siglo.



Academia Internacional de Humanismo
Manifiesto Humanista 2000
Un llamamiento a favor de un nuevo humanismo planetario


I. Preámbulo

El humanismo es una perspectiva ética, científica y filosófica que ha cambiado el mundo. Su patrimonio comenzó a fraguarse con los filósofos y poetas de las antiguas Grecia y Roma, en la China de Confucio y con el movimiento Carvaka de la India clásica. Artistas, escritores, científicos y pensadores humanistas han dado forma a la edad moderna desde hace medio milenio. En realidad, el humanismo y el modernismo aparecen como sinónimos con mucha frecuencia, porque las ideas y valores humanistas expresan precisamente la renovada confianza en el poder de los seres humanos para resolver sus propios problemas y conquistar fronteras inexploradas.

domingo, 27 de mayo de 2018

SE VENDE ARTE

Razón aquí


La comida no se debería vender, al menos la necesaria para vivir. Tampoco venderse el aire o el agua, indispensables para la vida humana. Si tuviera que venderse algo importante para la vida humana o civilizada qué mejor remedio que acudir al arte. Por ello este post venderá arte. Pero que se venda algo no quiere decir que haya que comprarlo. No hay que comprar, bastaría con ver la oferta detallada, si fuese buena. Una buena oferta de obras de arte puede enriquecer nuestra conciencia sin comprar ni una sola pieza. Como el fotógrafo, cercano al pintor, que acude a un mercado de abastos y no compra manzanas, tampoco carne o pescado, y sin comprar nada puede llevarse valiosos sustentos, valiosas fotografías o cuadros. El artista atrapa lo que está a disposición de todos, lo empaqueta y lo sirve con un nuevo significado, gratis o con precio. En esta época contemporánea, posiblemente en la posmodernidad, ocurren datos curiosos al respecto. Y obras que sólo estaban a disposición de los más ricos en la época moderna, son ahora patrimonio público, al menos digitalmente. Sin duda hay que venderlas o intentar venderlas mejor, porque muchas de ellas son poco conocidas.

Buscar grandes obras de arte que sean poco conocidas por la mayoría ciudadana, o que no sean conocidas, pero por qué es así. ¿Porque el arte tiene muchas obras importantes y no pueden ser conocidas todas por el ciudadano medio? Una lástima, la mayoría de los que pueden contemplar o admirar arte, ese potencial, desconoce muchas obras importantes. ¿Lo aceptamos como normalidad o elevamos queja?, ¿vendemos? El arte ya creado tiene una información demasiado extensa para una mente no especialista. Más que Arte es Historia del Arte. Está formada por capas cada vez más profundas y en la superficie sólo quedan las obras más conocidas, las más famosas o visibles. Pero investiguemos. ¿Las obras de arte muy conocidas son elegidas por unos pocos o es el propio arte quien lo regula a través de la educación y la industria?, ¿la historia del arte, el arte o la industria del arte? ¿Los museos de qué arte están hechos... Seguramente podemos abrir muchos misterios, más que los abiertos por la Monna Lisa de Leonardo (muy famosa), pero sólo podremos cerrar unos pocos. Mejor sumar, añadir más obras a las conocidas, ofertarlas, el propósito principal de este post.

Empecemos la subasta con un cuadro del siglo XVII, aquí su parte central:


La obra se llama El pequeño mendigo, pertenece a la llamada Escuela Española y fue pintada sobre el año 1650 por un tal Bartolomé. Al contemplar la obra surge una pregunta importante para mí, ¿por qué Bartolomé gastó tiempo, medios, talento y dinero en pintar a un mendigo en una época donde había muchos mendigos? Lo normal sería que los retratos fueran solicitados por gente acaudalada. Y ese niño sólo tenía un puñado de pececitos en el suelo y frutas en una talega. ¿Por qué, Bartolomé, por qué lo hiciste?, me pregunto. Como no sé la verdad sólo puedo imaginar posibles respuestas lógicas:

A) Influenciado por el estilo picaresco, un medio común entre los nuevos intelectuales de la época, para reivindicar una sociedad mejor, denunciando las injusticias de la misma.


B) Foto/periodismo en el Renacimiento. Primero porque no es un retrato, no hay rostro, o no el suficiente para reconocer. La pintura no busca el rostro, sino el cuerpo entero y el lugar donde se encuentra, con ello basta. También foto porque retrata un instante de la realidad social, común y anónima. En cierta manera es la fotografía adelantada a su época y, tal vez, del periodismo español que, como buena mezcla entre texto/audio/imagen, ¿por qué no pudo ser gestado por el retrato y parido por la palabra escrita, y anunciado por el audio de las voces improvisadas en las presentaciones de teatro? Pintores, escritores, músicos, actores, así la inteligencia artística sobrevivió entre las injusticias y continuó su evolución, así continúa.
 

C) Bartolomé lo pintó como una “pizarra” o referencia para una escuela de arte donde el pintor maestro podía enseñar a sus alumnos el paso de luz a negro, o de sol a sombra. Además existen detalles de bodegón y frutas, ideales para reproducir por el alumno que comienza, aprendiendo la envoltura de sombras y luces que subrayan al modelado. Es más, el modelo podría haber sido un alumno y, más todavía, podría ser que simplemente acudía así vestido a recibir clases. Para los niños de la época, muchos pobres o huérfanos, ser pintor sería como ahora cuando los niños o niñas quieren ser astronautas, o directores de cine, o escritores y dibujantes de cómics.

También el motivo de Bartolomé para pintar ese cuadro podría haber sido una mezcla entre las tres posibles respuestas. La obra se terminó de pintar, pero el tiempo no se detuvo y en el siglo posterior aconteció un dato curioso: el rey Luis XVI de Francia compró la obra en 1782. Siete años antes de la Revolución Francesa, donde a Luis XVI le cortaron la cabeza y proclamaron la República. La historia de una obra de arte no sólo discurre cuando se pintó, además aparece lo que vivió y/o vivirá. En cualquier caso Bartolomé merece distinguirse entre todos los bartolomés, con su nombre completo y único: Bartolomé Esteban MURILLO.

Queda una sensación de época dura, muy dura para la infancia pobre, en definitiva para la gran mayoría. Así los grandes pintores daban precio a la gente rica. Necesitaban comer y dar de comer a sus cercanos. Según la auto cita “Lo normal sería que los retratos fueran solicitados por gente acaudalada” hallamos una normalidad no exenta de rarezas y misterios. Pasamos de la mayoría pobre a la minoría rica. Retrocedamos dos siglos. Vayamos a la última década del siglo XV, cuando vivía el ya citado y muy famoso Leonardo. Y pongamos a subasta una de sus obras. No, la Gioconda no, que es muy conocida, recurramos a otra modelo llamada La belle Ferronière. Sobre todo dejemos que la señora nos mire:
 


¡Que gran obra! Hallar la belleza y embellecerla, dando forma y expresión a una faz única de mirada penetrante. Un rostro hacia el pintor y el espectador desde una mujer de la época. Bella mirada con una profundidad cómplice de la imaginación del observador atento. Esta asamblea de trazos marcan una excelencia donde la belleza sobrevivirá al tiempo. Posiblemente muchos siglos continuarán contemplando esta hermosura. Será vendida muchas veces para que sea elegida a ocupar un puesto destacado en la parte de memoria que cada ciudadano reserva al arte. Otro valor añadido, este retrato da nombre (ferronnière) a una joya antigua que consistía en un cordón vegetal formado de hojas donde una de ellas queda pronunciada sobre la frente y parece una perla oscura.




Quizás el observador pueda apreciar cierto aire de misterio en este óleo sobre tabla. Esto es bueno para vender y se puede mejorar la oferta. Además el misterio invita a la imaginación, y con esta obra hay mucho que imaginar. Primero, Leonardo pudo ser el autor... o no. Segundo, tampoco es seguro quién fue la modelo. Al principio tal suerte correspondió a la esposa infiel de Ferron, un supuesto comerciante de hierro integrado en la burguesía de París. Pero sin quererlo, o queriéndolo mucho, el cuadro quedó como símbolo de un triángulo amoroso cuyo tercer vértice era el mismísimo rey de Francia, Francisco I. De alguna manera esta belleza de obra de arte quedó manchada. Pero también es verdad que esta tabla nació con historia y entró de lleno en los cotilleos burgueses de París y de las cortes de los tronos europeos.

Era la bella ferretera, la amante del rey Francisco I, un escándalo consentido, con rechazo religioso (a la infidelidad) y dilema ético, la belleza manchada. Quizás por el sentido religioso la historia tuvo que tener un final triste y doloroso. Así, cuentan, el marido de la bella contrajo voluntariamente la sífilis para contagiar a su mujer y ésta al rey. Dicen que ella murió de la enfermedad y sabemos que ese rey nunca se curó de una sífilis que padecía. Al final de las vidas de los protagonistas del cuarteto, incluida la vida del pintor, la pintura adquirió un símbolo de venganza a través del supuesto atentado suicida, pero contra qué, ¿contra la infidelidad o contra la belleza? Ante esto, con mis derechos de observador o espectador, imaginaré una historia mejor.

Hay indicios que apuntan a otras personas y nombres como el verdadero de la bella modelo. Por ejemplo el de Cecilia Gallerani, amante del Duque de Milán, Ludovico Sforza. Otra pieza de subasta, La dama del armiño:

 

Pero otra vez el mismo trasfondo histórico, “pecados” de la alta aristocracia, como si los grandes señores tuvieran que publicar de algún modo quiénes eran sus amantes y, para ello, encargaban retrato al mejor pintor disponible, en este caso todo un lujo el que estaba disponible, el gran Leonardo. Este genio del Renacimiento también pintó por encargo, entre ellos retratar a bellas jóvenes, muchas veces adolescentes, que eran amantes del cliente más poderoso de la ciudad o ducado. El tema fue delicado para la moral religiosa, al menos la de cara al pueblo. Cómo explicar que los grandes señores están ahí por designio de Dios y que, sin embargo, contradicen dictados de Dios. Pero estos grandes señores eran los que tenían el uso de la fuerza pública, así se consentía y los rumores y cotilleos corrían por lo salones o palacios de la aristocracia y la burguesía. 

Algunas “retratadas” llegaron a ser las mujeres más cercanas al poder. Esto pasó a Cecilia con 16 o 17 años cuando el Moro (así llamaban a Ludovico, uno de los príncipes más poderosos de Europa) la vio por primera vez. Se hizo, bueno, más bien fue obligada, a ser amante o concubina antes incluso de casarse este gran señor de Milán. Ella era burguesa pero no aristócrata y él quedó rendido a sus pies, no ya por su hermosura exterior, sino por las profundidades de su mirada. Era muy culta, hablaba latín, era nieta de un doctor de leyes, le encantaba la música y la poesía. Se rodeaba de intelectuales y artistas, de algún modo favoreciendo el Renacimiento, al menos mientras duró su influencia en la corte del ducado de Milán.

Hasta que llegó otra candidata a ser la verdadera Belle Ferronière y desplazó a Cecilia. Era, nada más y nada menos, que la futura esposa oficial del duque de Milán, Beatriz d'Este, que, muy al contrario de lo que se podría esperar, favoreció las artes y resultaría una de las princesas más sobresalientes del Renacimiento a pesar de morir muy joven, a los veintidós años. Es curioso cómo la pintó Leonardo, junto a Giovanni Ambrogio de Predis, en un bello retrato de perfil. Imagino como si fuera un rango de distinción, las amantes ofrecieron el rostro y la mirada, pero ella como una esposa oficial sólo ofreció su perfil, sin mirada... 


 O algo así imagino, una mujer de perfil no queriendo posar como una concubina de un señor poderoso. Ello me recuerda al niño mendigo de Murillo, tampoco se le ve bien el rostro, como si ante el arte Beatriz hubiera querido aparecer como una princesa mendiga, al menos humilde. Y me acabo de pasar un semáforo en rojo que alumbraba “Post demasiado largo”. Todavía no sé quién era la mujer del cuadro de La Belle Ferronière, pero he imaginado y al menos sé quién me gustaría que fuera. Así que cierro la subasta, no definitivamente, posiblemente vuelva con otras piezas envueltas en suculentos misterios. Pero antes de cerrar, compre, querido/a lector/a, está a tiempo. A ver, ¿quién era la belle Ferronière?, pero sobre todo, de las obras expuestas en este post, cuál pondría, si tuviera espacio, en su salón o habitación preferida de la casa... ¿Ninguna?, ¿las ha visto por segunda vez? ;-)


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No se pierda la próxima subastapost en el blog de El albumcito hablador, Se Vende Arte II, con grandes obras a la venta. Un anticipo, fíjese en esta pintura:


El nombre de la obra, la modelo o la posible modelo y el autor o los posibles autores, si no los tiene en su memoria para el arte, quedará anónimo hasta su publicación. El misterio motiva a la imaginación y ayuda a la venta. Así una última motivación, el retrato fue pintado en 1869, casi cuatro siglos después que La Belle Ferronnière, sin embargo lleva una ferronnière sobre su frente, una joya antigua de hojas vegetales que ceñía la frente, sobre la que se formaba algo parecido a una perla oscura. ¿Qué significa la perla vegetal en el arte que traspasó siglos hasta nuestros días?. Y sin problemas, si no podemos saberlo, podremos imaginarlo.
 ¡Viva el Arte!


jueves, 1 de febrero de 2018

Única

Única
Entre miles de millones de únicas

Este blog es para escribir sobre breves ensayos y breves ficciones. El formato “post” incluye la brevedad por la propia definición de esta particular tecnología virtual al servicio de textos, fotografías, videos o de mezclas entre ellos. Pero no se impide que post a post pueda formarse una obra extensa. De heho todo blog que publique periódicamente se convierte a lo largo de pocos años en un gran libro o en varios. Este blog, El Albumcito Hablador, ha sido concreto con un pequeño libro titulado Historia de la ciudadanía democrática. Publicado y dirigido para todo el que pueda leer y entender. Pero no soy perfecto escribiendo para la mente colectiva de todos los que sabemos leer; y algo de mi personalidad o privacidad se cuela. Pero sigue sin poder ser, en definitiva se puede hablar de todo, y este blog aspira a ello. Cuantas menos normas mejor. Llegando un momento donde este albumcito demanda una historia sobre mi persona. Albumcito con buena suerte, porque he vivido una nueva historia que puedo relatar sobre mi privacidad, única e irrepetible, como la suya, querida lectura. Porque una nueva historia, tarde o temprano, abrirá un nuevo mundo.