jueves, 31 de julio de 2014

Podemos y yo III

Intento escribir para enriquecer mi conciencia crítica al servicio de las comunidades civilizadas donde me siento parte. Y no es que yo posea una sabiduría destacada, qué más quisiera. Como individuo en mi vida privada soy un desastre, conservo dignidad pero poco más. Me cuesta mucho disciplinarme (quizás porque ya lo estuve demasiado tiempo), no sirvo para ser portavoz o coordinador de Podemos Benalmádena, de cualquiera de sus Círculos, o de cualquier otro partido; y menos aún sirvo como representante con poderes en asuntos públicos. Voy mucho a mi bola y me encanta la tranquilidad. En plan individualista cualquiera que quiera competir conmigo me gana al instante. Pero curiosamente este defecto me concede alas, y puedo volar más libremente en el cielo democrático, y de tanto volar a veces o raras veces veo algo bueno, ésta es mi pequeña cualidad y por ella escribo sobre asuntos públicos. Cuando me conecto a los círculos de los seres colectivos donde soy o somos suelo o quiero comportarme como un buen ciudadano, con ello tengo bastante. Así en esta serie de artículos, donde este post es el tercero, voy escribiendo mi acercamiento y contacto con Podemos. En la parte primera me expliqué yo (Podemos y yo I), y expuse mis argumentos principales como ciudadano democrático. En la parte segunda se explicó Podemos, con el documento/borrador sobre los principios organizativos del partido.


Y ahora, en esta tercera parte o post, comienzo a cotejar las ideas de ambos. Un viaje de ellos y yo a nosotros. El primer punto sobre los Principios Organizativos de Podemos, nada más y nada menos que el primero, puede dividirse claramente en dos conceptos:

A. PODEMOS es una organización política orientada a promover y defender la democracia y los Derechos Humanos en todos los ámbitos de la sociedad.
B. PODEMOS se organiza de manera democrática y fomenta el debate y la participación abierta, respetuosa y directa de todos sus miembros en la toma de decisiones de la organización.

Como vemos, ambos conceptos casan claramente con mis principios expuestos en el post “Podemos y yo I”. Y este primer e importante punto del decálogo de los principios del partido es suficiente para poder afiliarme y sentirme uno más en el círculo general de Podemos. Promover y defender la democracia y fomentar el debate y la participación abierta, respetuosa y directa en la toma de decisiones de la organización. Para mí claramente es la senda para la evolución o progreso de la política democrática.


No obstante, una vez subido al carro de Podemos, no puedo obviar un deseo en el preámbulo del documento o “primer borrador de carácter general” donde: “empezar a discutir entre todos y todas, con carácter enteramente abierto y participativo, los principios y los planteamientos organizativos que queremos”. Aquí me permitiré una pequeña licencia para interpretar la palabra discutir como aportar. Así Podemos nos invita a discutir, participar, aportar, incluso cambiar o reformar algo del proyecto básico (el borrador de principios), antes de convertirse en proyecto de ejecución y presentarse como Estatutos a votación para entrar en vigor.

Estamos, o así me siento yo, ante el proceso constituyente de un nuevo partido político. Si hay que ser “fino” a la hora de “hilar” este paso evolutivo de la política democrática, es ahora cuando más hay que intentarlo, ante este borrador. Por ello es conveniente motivar la participación provenga de donde provenga, sin importar apenas el individuo que la emita, el fin es servir a la inteligencia democrática y colectiva que pretendemos crear. Y es precisamente en esta potencial inteligencia colectiva donde yo me atreverá a aportar, mejor dicho, a re-aportar. Porque sería casi repetir los principios que aporté en “Podemos y yo I”.

Para mí, creo con lógica rotunda y beneficiosa, si un grupo o círculo de ciudadanos se dedica a votar mucho sobre muchos temas, aportando opiniones y/o decisiones, tarde o temprano, los escrutinios resultantes comenzarán a trazar el perfil de una personalidad colectiva. Y muy singular, porque resultará única e irrepetible, y con la posibilidad de diálogo inteligente, a la que podemos preguntar y, después de reflexionar democráticamente, podrá votar y pronunciarse; como un diálogo democrático e ideal entre los individuos y el colectivo que forman. Hoy por hoy cada ciudadanía representa un círculo democrático donde su personalidad consciente permanece como una gran desconocida que hay que ir conociendo. Este es un destino lógico o “natural” de la participación inteligente entre grupos de ciudadanos democráticos. La mente colectiva (ramificada y enraizada en todo individuo participante) del círculo democrático, el máximo poder dentro de la democracia al que ya es hora o época, de hacerlo sabio.

Los puntos 3º y 4º son principios básicos en toda democracia que se precie. Sin embargo, el punto 5º sí es importante de destacar:

5º. En PODEMOS, cada persona tiene derecho a un voto. El peso de todos los votos será siempre el mismo, con independencia de cuál sea su origen, territorio, nacionalidad, edad o confesión. El voto de ningún miembro podrá contar más que el voto de otro.

Una importante novedad: no importa la nacionalidad. Conseguir esto sería establecer un espacio democrático (sin autoridad pública, los partidos políticos no tienen autoridad pública, aunque sus líderes puedan tenerla por haber ganado elecciones) o conceptos de convocatoria, orden del día, votación y escrutinio SIN EXTRANJEROS. Así caso doblemente con Podemos (ver primer párrafo de Podemos y yo I). Además el máximo órgano, la Asamblea General (Asamblea Ciudadana Estatal), queda establecida por individuos, no por reuniones de círculos menores como Comunidades Autonómicas, Provincias o Municipios, o sus representantes. En cierta manera no es una “federación” basada en la unión de representantes o portavoces de círculos menores. Y así cualquier afiliado a Podemos tiene acceso directo al máximo círculo o institución democrática, sin intermediar provincias, comunidades autonómicas o ayuntamientos.

El punto 6º del decálogo de principios organizativos indica la paridad, como debe ser para eliminar cualquier rastro de desigualdad por sexo que pudiera existir. El 7º establece los círculos como unidad básica e invita, como fundamento, a la participación, al debate y a las colaboraciones. Aspecto que justifica éste y los anteriores artículos de este blog. El punto 8º, siendo tan claro y específico, contiene unas “entre líneas” preocupantes:

8º. La elaboración de los programas electorales, la confección de las listas de candidatos y candidatas a los órganos de representación institucional, la elección de portavoces o de miembros de los Consejos Ciudadanos de PODEMOS se llevará a cabo siempre de manera abierta a todas las personas que componen PODEMOS en el ámbito territorial correspondiente. Se abrirán siempre procesos de debate ciudadano sobre los contenidos de los programas y se utilizarán las formas refrendarias abiertas y ciudadanas para la selección de candidatos concurrentes a las elecciones.

Aquello que reivindicaba gran parte de 15M, la horizontalidad, no casa bien con “candidatos recurrentes a las elecciones” o con “órganos de representación institucional”. Por mi parte ya en el libro “El Parido ideal, 2011” expuse la imposibilidad de llegar a la horizontalidad total. Incluso en la llamada Democracia Directa de la antigua Atenas, elegían estrategos, magistrados, administradores y tesoreros (unas veces por sorteo y otras por voto). Y no sólo esto, además entrar en un sistema democrático basado en representantes, aunque se pretenda cambiarlo, obviamente se debe entrar como representantes, de ahí la necesidad en formar listas de candidatos como cualquier otro partido político que opte a gobernar. El problema para mí radica en si estamos ante una medida provisional hasta mejorar la democracia y esta Constitución, o es definitiva, en cuyo caso habría mucho que aportar y razonar en beneficio de la mentalidad colectiva de la ciudadanía y su crecimiento. Cosa no satisfactoria para para mi consciencia democrática.

Sobre el punto 9ª, antes de nada, quiero decir que cuando se escribe: “Corresponde a la Asamblea Ciudadana Estatal, o los órganos en los que delegue...” es un error. La Asamblea Ciudadana Estatal no debería delegar nada, puede nombrar portavoces, incluso diplomáticos para negociar en su nombre, pero después lo negociado u acordado debe ser refrendado por al Asamblea Ciudadana. De otra manera se rompería el concepto de mentalidad colectiva e inteligente, para mí esencial o como objetivo natural de la Participación. Si la Asamblea General delega en un grupo de 20 o de 80 y éstos eligen un portavoz, coordinador o representante principal, volvemos a las mismas, que unos pocos puedan dominar a muchos. Sin embargo destacar que en los inicios sí puede ser beneficioso que el grupo promotor (en este caso liderado por Pablo Iglesias) puede tener margen para establecer la estructura más idónea para Podemos, para que después todos puedan participar y donde siempre la Asamblea Ciudadana Estatal tenga el máximo poder y la última decisión. Así pasar de:

Corresponde a la Asamblea Ciudadana Estatal (es decir, a todos los miembros de PODEMOS) o a los órganos en que delegue, la toma de decisiones que afecten al conjunto de PODEMOS.

a:

Corresponde a la Asamblea Ciudadana Estatal (es decir, a todos los miembros de PODEMOS) la toma de decisiones finales que afecten al conjunto de PODEMOS.

Y para cerrar este post e invitar al siguiente, el Punto 10º es como una invitación a reflexionar sobre las bodas entre las llamadas herramientas presenciales y las herramientas informáticas o telemáticas. Es como si apareciese un tercer invitado al título de esta serie de artículos: La Red Internet, Podemos y yo.
;-)

@ciudadanoNick
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Anexo: Documento en archivo PDF Sobre los principios organizativos de Podemos:


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